El Banco Central Europeo ha mejorado en dos décimas la previsión de crecimiento de la economía en la Eurozona para el 2016, desde un 1,4% hasta un 1,6%. Cifras que constatan una recuperación que "seguirá de forma moderada, pero estable" gracias a las decisiones monetarias y a los estímulos aplicados a la economía europea, según ha comunicado el presidente del BCE, Mario Draghi. No obstante, ha reclamado más acciones de los estados miembros. "Nuestras medidas han marcado la diferencia, son muy eficaces. Pero las reformas estructurales podrían ser más rápidas, así nuestras medidas también darían resultados más rápidos”, ha asegurado.

Y el camino de la recuperación no sólo es complejo sino que también incierto, a la espera de que el 23 de junio, los ciudadanos del Reino Unido decidan si continúan o no dentro de la Unión Europea. En una demostración de confianza y fortaleza, Draghi ha explicado que la entidad está preparada para "cualquier resultado y contingencia". A pesar de que puestos a escoger, la preferencia no es en absoluto el Brexit ya que "el BCE cree que el Reino Unido tendría que seguir en la UE porque la UE se beneficia, y el Reino Unido también."

Una contribución europea y nacional

El presidente del BCE ha aprovechado la revisión de las perspectivas de crecimiento para reivindicar que los resultados de sus medidas han sido "esenciales" para "evitar un deterioro" de la situación económica en la Eurozona e impulsar "la recuperación". Sin embargo, Draghi también ha alertado de que para conseguir todos los beneficios posibles de las políticas monetarias, es necesario que "otras políticas contribuyan más decisivamente, tanto a nivel europeo como nacional." Un llamamiento para que los Estados miembros cojan galones y velocidad en el camino de la recuperación aunque las actividades del BCE ya estén de por sí "funcionando". 

De hecho, la previsión de crecimiento al alza de la Eurozona va más allá de este mismo año ya que contempla un 1,7% el 2017 y un 1,8% en el 2018 así como también van in crescendo los pronósticos de la inflación: un 0,2% en el 2016, un 1,3% en el 2017 y un 1,6% en el 2018 en búsqueda del 2% deseado. 

Comprar deuda a las empresas

Previamente, el BCE ha anunciado que iniciará la compra de deuda corporativa a partir del 8 de junio a la vez que pondrá en marcha la primera de la nueva serie de operaciones de financiación a largo plazo a partir del 22 de este mismo mes. Desde marzo cuando Draghi bajó los tipos de interés bajo mínimos históricos del 0%, su nivel más bajo desde la creación del euro, el principal objetivo del BCE ha sido contrarrestar la baja inflación y la baja tasa de crecimiento económico. Parece que la revisión al alza sigue dando alas a una esperanza económica que pretende ser materializada con una inflación del 2% que todavía queda lejos.  

Por otra parte, el BCE tampoco ha variado el tipo marginal de crédito que se encuentra al 0,25% y el tipo de facilidad de depósito que seguirá en negativo al -0,4%. Y es que aunque los precios han vuelto a caer en mayo, el banquero italiano no pretende tirar la toalla en su intento de impulsar el crecimiento de la economía gracias a los tipos bajos, la compra de deuda pública y desde la semana próximo, también privada.