"No podemos tener dos ciudades en Barcelona, una de rica y una pobre." Así de contundente se ha mostrado el presidente en funciones del Consejo Económico y Social de Barcelona (CESB), Vicenç Tarrats, tras constatar la polarización de la riqueza así como el aumento del riesgo de pobreza y las desigualdades entre los barrios. Y es que según el informe "Trabajo en Barcelona 2016", los barceloneses en riesgo de pobreza han aumentado de 25.000 hasta los 222.581, de 2008 a 2015. O lo que es lo mismo, del 2% al 14% del total.  

Buena prueba de ello es el Índice de renta familiar disponible (IRFD). En tan solo 7 años se ha pasado de 5 barrios (cuatro en Nou Barris y uno en Sant Andreu) a 17 barrios (once en Nou Barris, dos en Sant Andreu, dos en Sant Martí y uno en Sants-Montjuïc y uno en Horta-Guinardó) por debajo del 60% de la renta media de Barcelona que es donde queda fijado el umbral del riesgo de pobreza. "Si dejamos que estos barrios queden enquistados en la pobreza, estaremos generando bolsas de pobreza de larga duración", ha alertado Tarrats.

Unos menos y otros más

A su vez, ha crecido el número de barrios ricos con una mayor renta familiar disponible. Mientras que solo Tres Torres doblaba la renta media de la capital catalana en 2008, Pedralbes y Sant Gervasi-Galbany se han añadido a este selecto grupo en 2015. De hecho, Pedralbes se sitúa como el más rico mientras que Ciutat Meridiana y Trinitat Nova son los más pobres. Sus diferencias se amplían. "Observamos una ligera tendencia a mejorar en las cifras globales de Barcelona. Los efectos más duros de la crisis se están acabando de superar pero estamos pagando el precio de personas con riesgo de pobreza y zonas pobres en expansión. Esto implica una dualidad en Barcelona", ha añadido.

A todo ello, cabe sumar también el fenómeno de la gentrificación en barrios como Ciutat Vella o el Gótico donde la población que viene de países pobres está siendo sustituida por la población de países ricos. Fundamentalmente, de la Unión Europea (UE). Ante "la creciente mancha", se ha emplazado a las administraciones a dirigir sus políticas de recuperación de empleo en los barrios más duramente golpeados por la crisis. Barcelona Activa ya se ha puesto en marcha con distintos planes de desarrollo económico y ocupación en Ciutat Vella, Nou Barris o Sants, entre otros. 

"Es evidente que si esta evolución se mantiene, el equilibrio territorial y la cohesión social que han caracterizado la ciudad (factores que se han valorado como elementos claves del bienestar social y la atracción de actividad económica) pueden sufrir una regresión y poner en riesgo el progreso de nuestro modelo social y económico", concluye el informe. Tras la crisis, una Barcelona de "dos ciudades" con la esperanza de volver a convertirse en una más rica y menos pobre.