El Santander retrocede y deshace los planes de cambiar de consejero delegado. El consejo de administración del banco ha decidido no seguir adelante con el nombramiento de Andrea Orcel como consejero delegado, al considerar inasumible tener que hacer frente en su totalidad al bonus en diferido que se había comprometido a abonarle el banco suizo UBS cuando lo fichó la entidad española.

En concreto, según ha informado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), "la decisión adoptada es consecuencia de la modificación, después de las negociaciones mantenidas, de las bases sobre las cuales el consejo adoptó la decisión de designar el señor Orcel y la imposibilidad que los costes de compensar a este por sus remuneraciones pasadas rebasan los tenidos en cuenta al acordar el nombramiento".

De esta manera, José Antonio Álvarez, actual consejero delegado del Santander y que tenía que asumir la presidencia ejecutiva de Santander España y la vicepresidencia de Santander cuando se materializara la llegada de Orcel, se mantendrá en su actual cargo, además de asumir el de vicepresidente del consejo. Así pues, queda sin efecto su designación como presidente de Santander España.

De su lado, Rodrigo Echenique se mantendrá como presidente de Santander España mientras la entidad encuentra el relevo adecuado para este perfil, para lo que ha abierto un proceso de selección, y mantiene la condición de vicepresidente del consejo. Después de estos acuerdos, los vicepresidentes del banco serán Bruce Carnegie Brown, Rodrigo Echenique y José Antonio Álvarez.

Un bonus demasiado caro

El bonus en diferido devengado por Orcel y acordado con UBS ronda los 50 millones de euros, según se desprende de los datos del informe anual de la entidad helvética consultados por Europa Press. Finalmente, Santander y UBS no han llegado a un acuerdo para repartirse el coste de estos.

Banco Santander comunicó el nombramiento de Andrea Orcel como nuevo consejero de la entidad el pasado 25 de septiembre, cosa que supuso una auténtica convulsión en el sector, al tratarse del primer CEO de la entidad con perfil internacional, lo que desencadenó las especulaciones sobre un cambio de rumbo en la estrategia del gigante financiero español y de la zona euro.

A causa de sus obligaciones con UBS Group, Orcel no podía asumir el cargo hasta marzo del 2019, ya que una cláusula le exigía un preaviso de seis meses antes de trabajar en otra entidad financiera.

La intención del grupo era que José Antonio Álvarez se mantuviera en el cargo de consejero delegado hasta que se cumplieran estas condiciones y Orcel lo relevara. Sería entonces cuando Álvarez asumiría el cargo de presidente ejecutivo de Santander España y vicepresidente de Banco Santander, en sustitución de Rodrigo Echenique, que cesaría como vicepresidente y mantendría su cargo como consejero no ejecutivo. Finalmente la jugada no ha salido como se esperaba, y todo queda como hasta ahora.