Llega el verano y los planes para las vacaciones. En los últimos años, una opción para|por viajar que se ha ido popularizando son las autocaravanas, la combinación de movilidad y descanso han ido seduciendo a la gente. Sin embargo, el auge de la demanda sobre paso la capacidad del sector. La falta de chips, los problemas de abastecimiento de materias primas y la guerra de Ucrania frenan la fabricación de vehículos. Todo provoca que los concesionarios de caravanas y autocaravanas empiecen la campaña de verano "en choque". El ASEICAR (Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning) asegura a la ACN que viven una insólita sobredemanda que hace que sea imposible responder a todas las peticiones de los clientes para estas vacaciones. El vicepresidente primero de la patronal, Joan Mata, calcula que el interés por comprar o alquilar un vehículo se sitúa un 20% por encima del parque disponible. "Estamos en un impasse fatal", lamenta.

Mata apunta que a todo el Estado español este verano hay un millar de vehículos más de alquiler en comparación con el año pasado, pero estos no han servido para dar respuesta a toda la demanda. El paro de barcos en los puertos asiáticos por la covid, la falta de tráfico ferroviario en los países del este por la guerra de Ucrania y el incremento de precios generalizado "han descompensado totalmente" el sector. "Nunca a la vida nos habríamos imaginado no poder atender todas las peticiones de los clientes", insiste Mata.

La crisis logística a escala mundial a finales del 2021 ya provocó los primeros obstáculos a las entregas de vehículos vendidos. El freno a la fabricación ha alcanzado considerablemente los plazos de entrega: antes, la media de espera era de 6 meses, y actualmente las previsiones de entrega son de casi un año y medio. Mata lamenta que esta falta de stock condiciona a los futuros clientes y enoja aquellos quiénes compraron un vehículo hace más de un año y este verano todavía no pueden disfrutar.

Con respecto al aumento de precios de los carburantes, el sector constata que no ha influido en el interés por adquirir una autocaravana o caravana. En el caso de los vehículos de propiedad, la patronal asegura que las familias mantienen los viajes previstos "porque priorizan las ganas de amortizar la inversión que hicieron". Con respecto a los clientes que quieren alquilar un vehículo, el aumento de los carburantes hace que las rutas duren menos días y sean en destinos más próximos, "pero las ganas de reservar un vehículo siguen siendo".

Aumento de precios

Aparte de gestionar la falta de stock, en los concesionarios también se han visto obligados a coger el encarecimiento global de la fabricación de los pocos vehículos que llegan a sus instalaciones. El aumento del precio del transporte de mercancías y el incremento del impuesto de matriculación -ha pasado del 9,75% al 14,75%- ha disparado los precios finales de venta "entre un 25 y un 30%", admite Mata. Como ejemplo, detalla el precio medio de una furgoneta tipo campo ha pasado de 45.000 euros en el 2021 a superar los 54.000. En el caso de las autocaravanas, explica que valían por término medio unos 60.000 euros y ahora han subido hasta los 74.000. En cambio, en las caravanas el incremento no es tan acentuado porque la fabricación depende de menos componentes automovilísticos. Antes costaban unos 18.000 euros y ahora se sitúan en torno a los 21.000.

Desde de ASEICAR lamentan la situación en que se ha visto inmerso el sector "justo en un momento en que se había puesto de moda el caravaning" y en que desean que "pronto vuelva una cierta estabilidad". Mata considera que el 'boom' de los últimos años "tampoco era habitual" y augura que la restañada de ahora "servirá para poner poco a poco el sector en su sitio". "Ahora nos sentimos un poco debilitados por el paro de la fabricación, pero el caravaning es un sector fuerte y nos reubicaremos", asevera.