Siete meses. Este es el tiempo que Zinedine Zidane ha necesitado para ganarse la enemistad de la afición y la prensa de Madrid. Después de haber vuelto al club para salvar el equipo, el técnico francés comprueba con resignación que las señales que lo hicieron dimitir la primera vez eran inequívocas.

Los jugadores que ya conocía no han cambiado su actitud, los nuevos fichajes no responden y su equipo médico ha vuelto a quedar en evidencia por culpa de una plaga de lesiones inédita. A todos estos hechos, sin embargo, hay que sumar que su dirección táctica es prácticamente nula. En el Parque de los Príncipes, el Madrid encajó a un 3-0 que habría podido ser más doloroso si los franceses hubieran podido contar con Neymar, Kylian Mbappé y Edinson Cavani.

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EFE

Por este motivo, la figura del técnico blanco ya no es, ni mucho menos, intocable. Este viernes, de hecho, el diario Marca publica la lista de sustitutos que se estudian en el Santiago Bernabéu y, como no podía ser de otra manera, esta está encabezada por José Mourinho.

El entrenador portugués, la niña de los ojos de Florentino Pérez, ya pudo aterrizar en la capital española después de la destitución de Santiago Solari, pero el máximo mandatario del Madrid decidió apostar por un perfil más conciliador como Zidane. Ahora, sin embargo, el crédito del francés se ha acabado y Mourinho, como Raúl González y Massimiliano Allegri, entra en escena.

La próxima semana será clave. Este domingo el Madrid visitará un estadio complicado como el Sánchez Pizjuán, el miércoles recibirá el Osasuna y el sábado 28 se enfrentará al rival ciudadano, el Atlético de Madrid, en el Wanda. Si el equipo no responde, Zidane se podría marchar, pero esta vez después de ser destituido.