Cuando llega un nuevo entrenador a un club, se convierte en toda una referencia en todos los sentidos, sea en los buenos o en los malos. Un futbolista puede esperar ser menos importante con un entrenador que con otro y al revés, pero también puede dar esta misma impresión hacia jugadores de otras entidades. Es decir, un nuevo entrenador puede servir de aliciente para un futbolista para fichar por un club o por otro.

Es un ejemplo Ferran Torres con Xavi Hernández. El futbolista de Toios vio claro la opción de fichar por el Barça al saber que con Xavi, su carrera seguiría la proyección que apuntaba desde los tiempos en que jugaba para el Valencia. Un caso contrario es el de Eduardo Camavinga con el Real Madrid. Zinédine Zidane, exentrenador de los blancos, es un total enamorado de su compatriota. Con 16 años debutó con el Rennes contra el Paris Saint-Germain y con 17 lo hizo con la selección absoluta de Francia.

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Zinédine Zidane, dirigiendo al Real Madrid contra el Osasuna / EFE

Camavinga, no tanto del estilo de Ancelotti

El mediocampista franco-angoleño lleva la etiqueta de ser una de las futuras promesas de la selección de Francia y de asumir el mando del medio del campo del futuro del Real Madrid. Llegó al Santiago Bernabéu por petición expresa de Zidane a cambio de 31 millones de euros. Todo apuntaba al hecho de que el Madird se había hecho con una ganga en el mercado, ya que Camavinga está tasado en 55 millones de euros por el portal web trsansfermarkt.es.

Con todo, quien se sienta en el banquillo del Bernabéu ya no es Zidane, sino que es Carlo Ancelotti. El técnico de Reggiolo tiene una manera de hacer muy suya y establece los criterios que cree convenientes para controlar su plantilla. Uno de ellos implica asegurar a los partidos con los hombres en quienes más confía y, en el caso de los mediocampistas, el tridente conformado por Carlos Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric es intocable.

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Carlo Ancelotti dando indicaciones a Eduardo Caamvinga / EFE

Una situación que puede ir a más

De momento, tan solo se trata de una cuestión deportiva. Camavinga no decidió fichar por el Real Madrid para ser el eterno suplente como le ha pasado a jugadores como Nacho Fernández o Lucas Vázquez. Él quiere la titularidad. Sabe que fue fichado porque significa el relevo generacional de los veteranos Kroos y Modric, pero no está contento con su rol de suplente por decreto.

Paralelamente, con Frenkie de Jong en el Barça, todo empezó siendo una cuestión deportiva y ahora se habla de su posible salida del club. Con el dorsal 25 del Real Madrid, podría ocurrir lo mismo. A pesar de tener 32 y 36 años respectivamente, el nivel de Toni Kroos y de Luka Modric es cada vez más elevado. Especialmente en el caso del croata, que parece encontrarse en el mejor momento de su carrera a pesar de ser el jugador más veterano de la plantilla blanca. Si los onces de Ancelotti siguen sin cambiar, podemos estar ante una posible venta forzada para Florentino Pérez.