Novedad y de las grandes en el caso Oikos, la trama de apuestas deportivas en la cual 7 jugadores del Valladolid se dejaron perder contra el Valencia en la última jornada de Liga para lucrarse económicamente. Según ha avanzado este martes El Club de la Mitjanit, además de los 7 futbolistas de la primera plantilla blanco-y-violeta, un trabajador del club también podría estar implicado en el plan ideado por Carlos Aranda, Raúl Bravo y Borja Fernández, excapitán de los castellanos.

Si este hecho se confirma, pues, la opción que el Valladolid sea castigado con un descenso -y consecuentemente, el Girona se salve- sigue más viva que nunca. Hasta ahora, que los acusados fueran futbolistas favorecía el club castellano, ya que este siempre hubiera podido defender que era ajeno a las conductas irregulares de sus jugadores. La implicación de un trabajador, sin embargo, cambia la situación radicalmente, ya que podría hacer patente que el Valladolid como institución se implicó en la trama.

Si esta información se verifica, pues, la Real Federación Española podría abrir un expediente sancionador al Valladolid y el descenso es un castigo plausible.

El presidente del Huesca estaba amenazado

Según explica El Mundo, el juez instructor tiene pruebas de la conexión entre Raúl Bravo y Carlos Aranda, los jefes de la operación Oikos, con el presidente de la Huesca, Agustín Lasaosa, otro de los protagonistas de esta investigación que hace más de 6 meses que dura. El hecho novedoso es que el presidente del club aragonés estaba amenazado por los dos exfutbolistas porque tenía una deuda con ellos de 100.000 euros.

Esta suma de dinero correspondía a operaciones anteriores, pero todavía no se puede determinar si eran o no para el pago de un partido arreglado o de una apuesta pendiente. También aparece el nombre de Íñigo López, exjugador del Huesca y actualmente en el Deportivo, ahora en libertad bajo fianza, que habría tenido un papel muy importante como intermediario.