El Barça empieza a notar de inmediato el impacto de Thiago Alcántara en su nueva faceta como asistente de Hansi Flick. Apenas unos días después de incorporarse al cuerpo técnico, el excentrocampista ya se ha convertido en una figura de referencia tanto en los entrenamientos como en el vestuario, donde su experiencia y madurez marcan la diferencia.
Un enlace entre Flick y los jugadores
La idea de Flick al sumar a Thiago a su equipo de trabajo era clara: contar con un puente directo entre entrenador y futbolistas, alguien que entienda el lenguaje del vestuario y que a la vez pueda transmitir al detalle las ideas del técnico. Y el hispano-brasileño está cumpliendo con creces ese rol. Su capacidad para leer el juego, explicar movimientos y corregir pequeños detalles está siendo clave en la mejora del día a día del equipo.
Thiago, además, aporta una mirada de jugador muy reciente, lo que facilita la comunicación con los más jóvenes, que lo ven como un referente cercano y con el que pueden identificarse.
Pedri y Lamine, sus grandes admiradores
Si alguien está disfrutando del trabajo de Thiago son Pedri y Lamine Yamal. El canario ha señalado en más de una ocasión lo mucho que le ayuda tener a alguien como Thiago corrigiendo detalles de posicionamiento y ofreciéndole consejos sobre cómo sacar más partido a su talento.
Por su parte, Lamine está maravillado con la forma en la que Thiago le aconseja sobre cuándo arriesgar, cómo interpretar espacios y cómo mantener la calma en momentos de máxima presión. La joven estrella azulgrana, que a sus 18 años carga ya con una enorme responsabilidad, ha encontrado en Thiago un mentor perfecto para dar el salto definitivo a la élite.
Un impacto inmediato
La presencia de Thiago no solo se nota en los entrenamientos, sino también en el ambiente del vestuario. Su carácter tranquilo, su conocimiento del club y su forma de integrarse en el día a día han hecho que rápidamente gane el respeto de todos. Flick, por su parte, valora mucho el trabajo de su asistente, al que ve como una pieza fundamental para mantener la cohesión del grupo.
La incorporación de Thiago Alcántara empieza a verse como un acierto estratégico de Laporta y Flick. Su peso en el vestuario, su ayuda directa a los jóvenes y su capacidad para transmitir lo que significa jugar en el Barça pueden marcar la diferencia en una temporada exigente, en la que el objetivo principal es volver a competir por la Champions League.
El Barça ha ganado mucho más que un asistente: ha recuperado a un hombre de la casa que ahora ejerce de guía y referente para las nuevas generaciones.