Aurelien Tchouameni fue noticia hace solamente unos días, y no por una cosa positiva, precisamente. Las cámaras le captaron en Francia, viendo un partido de la NBA, mientras su equipo, el Real Madrid, se jugaba la vida en la Copa del Rey en un partido muy exigente contra el Villarreal. Un choque que los de Carlo Ancelotti consiguieron ganar de forma épica, después de irse al descanso perdiendo por dos goles a cero. Pero el galo no lo siguió en ningún momento.

Aprovechando que estaba lesionado, y por lo tanto no entró en la convocatoria, se marchó a su país natal para poder ver de cerca la liga de baloncesto americana. Y tuvo que acabar disculpándose públicamente con sus compañeros, el cuerpo técnico y la afición, que le reprochó su actitud y su poco compromiso. Florentino Pérez también estaba realmente decepcionado con el centrocampista de 22 años, por el cual pagaron casi 100 millones de euros en el pasado mercado estival.

Y si bien es cierto que ha tenido una buena adaptación a La Liga Santander, y ha ofrecido un rendimiento bastante bueno, episodios como este pueden provocar que acabe siendo relegado a la suplencia. Su caso ha recordado al de Eden Hazard y Gareth Bale, y en el Santiago Bernabéu cruzan los dedos para que no siga los pasos de otros dos fichajes astronómicos que acabaron convirtiéndose en un dolor de cabeza. De hecho, el belga sigue en el club.

Por el momento no se ha filtrado ningún castigo ni ningún tipo de sanción a Tchouameni, aunque puede pasar unos cuantos partidos en el banquillo a modo de advertencia. En especial, viendo el sensacional nivel que ha mostrado Eduardo Camavinga recientemente, por ejemplo, frente al Athletic Club de Bilbao, actuando como pivote defensivo. Fue de los más destacados, y demostró que necesita confianza y regularidad para poder crecer.

De lo contrario, su progresión se quedaría estancada. Y puede convertirse en el principal verdugo de su compatriota.

Camavinga apunta a titular en el derbi

Camavinga puede obtener una merecida recompensa apareciendo en el once inicial para medirse al Atlético de Madrid. Un duro examen, nada más y nada menos que en un derbi, que se disputará el jueves. Diego Pablo Simeone no se reservará nada, ya que quieren conquistar la Copa del Rey, después de una década sin lograrlo.

Precisamente, la última vez fue imponiéndose al Madrid en la final. Ancelotti, por su parte, también espera conquistar un trofeo que no ganan desde 2014.