El Barça se vuelve a perder en la Copa del Rey y queda señalado en Sevilla (2-0). Sin Leo Messi cuesta mucho ser superior y ser una amenaza. Nuevamente la revolución del fondo de armario ha fallado y se tendrá que remontar en la vuelta de los cuartos de final si se quiere seguir soñando con la quinta Copa consecutiva.

Sin ADN

El día de la alegría de los culés con el fichaje de Frenkie de Jong, el Barça ha vuelto a perder la esencia sobre el césped del Sánchez-Pizjuán. Tal como pasó en el partido de ida de los octavos de la Copa contra el Levante (el día de la alineación indebida de Chumi), nuevamente sin Leo Messi, se ha perdido el ADN en Sevilla.

Con el príncipe Kevin-Prince Boateng en la punta de ataque, con Arturo Vidal, y Semedo a banda cambiada, el Barça se ha sentido desnudo. No estaban ni el equilibrio de Busquets, ni la profundidad de Jordi Alba, ni la magia de Messi. También han faltado Coutinho, Dembélé y Suárez. Y sin la base y el esqueleto clásico del Barça, el equipo se ha perdido.

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Se salía bien desde detrás, porque la defensa era prácticamente titular, pero una vez pasaba la pelota por el medio del campo, todo costaba más. Ni Arthur ni Aleñá han podido acompañar a un equipo muy necesitado de llegadas con peligro.

Boateng, demostrando una gran capacidad para fijar a los defensas, pero no ha podido aprovechar ninguna ocasión. También ha quedado demostrado que todavía tiene que entender su posición porque en muchos momentos se ha encontrado desubicado. Y Malcom, que buscaba reivindicarse, ha fallado más de lo esperado y ha dejado escapar un gol cantado.

La debilidad del Barça

Pero a pesar de las contadas ocasiones de gol del Barça y de haber resistido durante toda la primera mitad, ya en el segundo tiempo los blaugrana se han acabado fundiendo. Las piernas de los menos habituales ya no funcionaban, y la concentración, incluso en defensa, se ha perdido. El Sevilla ha dado un paso adelante y ha derrotado al Barça.

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Primero ha sido Promes que ha cogido la defensa blaugrana descolocada y posteriormente ha servido el gol a Sarabia. Era el minuto 58 y el Barça ha visto cómo encajaban la primera jarra de agua fría. Veinte minutos más de descontrol y nuevo gol del Sevilla. Ben Yedder ha dejado la defensa culé bien retratada.

Ni Luis Suárez, ni Coutinho ni Jordi Alba, que han salido ya con el marcador en contra, han podido cambiarle la cara a un Barça nuevamente perdido. Tal como ya pasó contra el Levante en la Copa, en la última derrota lejos de Barcelona, han vuelto las malas sensaciones. Y vuelve a quedar demostrado que sin Messi todo se vuelve de color negro. El Barça tendrá que remontar el próximo miércoles en el Camp Nou si quiere estar en las semifinales.