El FC Barcelona logró una victoria agónica ante el Girona (2-1) gracias a un gol de Ronald Araújo en la última jugada del encuentro. El central uruguayo volvió a ser el salvador inesperado. Salió desde el banquillo, se colocó como delantero improvisado y firmó el tanto que evitó el desastre. Pero su heroísmo dejó al descubierto una verdad incómoda: el problema ofensivo del Barça es cada vez más evidente.

Hansi Flick afrontó el derbi con un once condicionado por las lesiones, pero con algunas decisiones valientes. Pau Cubarsí volvió al perfil derecho del eje defensivo y Eric García ocupó el izquierdo. En el medio, Casadó fue el pivote y Frenkie de Jong actuó más adelantado. En ataque, Lamine Yamal repitió como titular, Toni Fernández debutó en Liga como falso ‘9’, y Marcus Rashford mantuvo su sitio en la izquierda. Un plan arriesgado, pero que no funcionó del todo.

Pedri gol Barça Girona EFE
Pedri gol Barça Girona EFE

Un Barça casi inoperante en ataque

El partido comenzó bien. Una gran combinación entre Lamine y Pedri acabó con un gol magistral del canario, que definió con calma. El Barça parecía controlar el duelo. Pero pronto el Girona reaccionó. Con velocidad y precisión, encontró los huecos en una defensa azulgrana descolocada. Witsel empató, Tek salvó un gol claro ante Vanat y Portu estrelló un disparo en el palo. En ataque, Rashford volvió a mostrar su peor versión: errático, lento y sin confianza.

La segunda mitad fue aún más frustrante. El ritmo bajó y el Barça, pese a dominar el balón, no encontraba el camino al gol. Lamine Yamal lo intentó sin suerte, Toni Fernández estuvo desaparecido y Roony Bardghji, que entró desde el banquillo, apenas tocó el balón. El equipo necesitaba una chispa. Y esa chispa llegó desde la defensa. En el último minuto, Frenkie de Jong filtró un pase al área y Araújo, con alma de delantero, cabeceó el balón a la red.

La victoria azulgrana deja un mensaje preocupante

El central uruguayo volvió a demostrar que es mucho más que un defensa. Pero su gol deja en evidencia a cuatro futbolistas: Rashford, Lamine, Bardghji y Toni Fernández. Ninguno de ellos supo marcar diferencias en el área rival. Ninguno asumió el liderazgo ofensivo que se espera en el Barça. La falta de eficacia y de instinto goleador empieza a ser alarmante.

El caso más preocupante es el de Marcus Rashford. Fichado bajo el pretexto de que puede jugar en la banda y en el centro, su impacto ha sido mínimo en ambas posiciones. Apenas genera peligro y su lenguaje corporal refleja desconexión. Ni su potencia ni su experiencia aparecen cuando el equipo lo necesita. Flick sigue confiando en él, pero la paciencia se agota. Dos goles ante el Newcastle no son suficientes.

Rashford Barça Girona EFE
Rashford en el Barça-Girona EFE

Es precisamente este desenlace el que saca los colores a cuatro jugadores del Barça. Concretamente, a los cuatro delanteros que jugaron. Porque si el conjunto azulgrana depende de un defensa para ganar partidos, el problema es grave. Araújo volvió a salvar los muebles, pero no siempre sonará la flauta. Más vale que los delanteros saquen una buena melodía de cara al Clásico del próximo domingo.