Los partidos de vuelta de los cuartos de Champions League estaban fijados en un momento muy sensible para Barça y Real Madrid. Poco menos de una semana después de conocer si estarían en semis o no, el Clásico del Santiago Bernabéu llegaría para, en este caso, decidir la Liga.

Culés y merengues llegan al Día D separados por 8 puntos, sabiendo que, tal vez, se dilucidará el campeón de esta Liga este domingo. No obstante, la miga del asunto está en que la resaca de Champions ha hecho llegar a ambos equipos a la cita en estados de ánimo completamente antagonistas.

Raphinha Gündogan eliminación Champions League / Foto: EFE
Raphinha y Gündogan, después de la eliminación de Champions / Foto: EFE

Barça y Real Madrid, las dos caras de la moneda post-Champions

El Barça, con el orgullo tocado por el desvanecimiento del sueño de la sexta

Por su parte, el Barça recuperaba una esperanza europea que parecía enterrada al marcharse de París con una valiosa ventaja en el global (2-3). Pocos veían a los blaugrana ganando en el Parque de los Príncipes, pero al hacerlo, la clasificación para la siguiente ronda se había presentado como algo prácticamente obligatorio.

Los de Xavi Hernández salieron encerrados detrás, sabedores que, como en París, los partidos son momentos y hay que saber aguantar las acometidas del rival. Lamine Yamal cogió la sartén por el mango en el 12', regalando un gol a Raphinha que perfectamente podría haber valido un billete para la semifinal. No obstante, la determinante expulsión de Ronald Araujo en el 29' desestructuró, no solo el partido, sino toda la eliminatoria. El resto es historia. Como no podría ser de otra manera, el barcelonismo llega al Clásico con el orgullo tocado por el desvanecimiento del sueño de la sexta.

Kylian Mbappé celebración gol Barça PSG / Foto: EFE
Kylian Mbappé, celebrando el gol que sentenció el Barça-PSG / Foto: EFE

El Real Madrid se siente invencible tras salir con vida del asedio de Manchester

Con respecto al Real Madrid, el desarrollo del partido fue el mismo que el del Barça a partir de la expulsión, pero, en este caso, siendo 11 contra 11. Los de Carlo Ancelotti vivieron un auténtico asedio por parte del Manchester City. Los ingleses lo intentaron de todas las maneras posibles, pero no fueron capaces de superar el empate que llevó el partido a la prórroga y a los posteriores penaltis.

El cuadro merengue supo sufrir y no dudó en meter a sus once hombres dentro del área, persiguiendo el pleno convencimiento de que, en cualquier contragolpe, acabarían fulminando. Esta vez no fue así. El equipo blanco hizo equilibrios por la cuerda floja durante los 90 minutos, pero cuando las fuerzas se igualaban, ya con el centro de gravedad de ambos equipos en el mismo punto, el Real Madrid se sabía superior. Después de sobrevivir a una hora y media de ataque tras ataque, la tanda de penaltis era un mero trámite que no dejarían escapar. Sea el destino, sea suerte o sea aquella mística de la Champions que mece al club blanco, ahora el Real Madrid se siente invencible tras salir con vida del asedio de Manchester.

Los jugadoras del Real Madrid celebrando el pase en semifinales / Foto: EFE
Jugadoras del Real Madrid, celebrando el pase a semifinales / Foto: EFE

Gündogan: "Tenemos que utilizar la frustración y utilizarla como motivación"

A pesar de que la semana llegue a su domingo de la peor de las maneras para el Barça, la vida continúa y llega un Clásico que decidirá la Liga. Pasar página es obligatorio para unos, mientras que los otros solo tienen que dejarse llevar por la corriente de euforia que les proporcionó la victoria del miércoles. En este sentido, el nombre que más portadas ha copado en clave culé durante la semana, İlkay Gündoğan, ha subrayado el primer paso para los suyos para conseguir los tres puntos y reabrir la Liga: "Tenemos que utilizar la frustración y utilizarla como motivación". Si el Barça no consigue hacerlo, es prácticamente un hecho que tenemos campeón.