El Real Madrid se ha reencontrado con la cima europea del baloncesto. Y lo ha hecho de la forma más épica posible: derrotando el Olympiacos (78-79) gracias a una canasta anotada en la última jugada del partido de Llull, que le ha regalado al conjunto blanco su undécima Euroliga. Los hombres de Chus Mateo han ido por debajo del marcador durante gran parte del sufrido, pero en los momentos claves han sido más acertadas y el Real Madrid ha acabado conquistando Kaunas.

Primer cuarto griego, segundo blanco

El inicio de partido ha tenido dos nombres propios que han lucido por encima de todos, el de Isaiah Cannan y el de Sasha Vezenkov. Los dos jugadores del Olympiacos, autores de nueve puntos cada uno en el primer cuarto, han sido los líderes de un combinado griego que se ha marchado al primer descanso del partido dominante el duelo con uno imponente 24-17. El conjunto dirigido por Georgos Bartzokas ha entrado mejor al partido y ha sido capaz de anular el dominio de Eddy Tavares, la kriptonita del Barça a las semifinales de esta Final Four.

Vezenkov celebrando un triple cono el Olympiacos ante el Real Madrid / Foto: EFE
Vezenkov celebrando un triple durante la final / Foto: EFE

Ahora bien, en el segundo cuarto, el acierto del Olympiacos ha desaparecido y el Real Madrid ha respondido con una racha de puntos comandada por un inspirado Hezonja, que a través de su intensidad en el rebote y su acierto desde el triple ha animado a sus compañeros, que, rápidamente, han aceptado el reto y han igualado el partido. Así pues, la ventaja sumada por los griegos durante el primer cuarto ha desaparecido y los jugadores de los dos equipos se han marchado a los vestuarios con un resultado de 45-45. El primer cuarto ha sido griego, el segundo blanco. Y todo quedaba abierto para el segundo acto del partido.

Llull regala la undécima Euroliga al Real Madrid

Y en la reanudación, después de las charlas de Chus Mateo y Georgios Bartzokas, el rumbo del partido no ha virado. Ambos equipos seguían siendo capaces de sumar buenas rachas de anotaciones, pero eran incapaces de encontrar la consistencia necesaria en su juego para poder crear un parcial que pudiera ser decisivo en el resultado final. Con todo eso, el partido se ha citado con el último episodio de esta Final Four con un resultado de 63-59 favorable al Olympiacos. La final no estaba decepcionando y solo quedaba una última página que determinaría al nuevo campeón de Europa.

Y en los primeros minutos del último cuarto del partido, los griegos han alargado la ligera superioridad que habían encontrado minutos antes. Eso sí, siempre manteniéndose en una distancia de cuatro puntos. De hecho, el partido ha llegado a los últimos tres minutos de partido con el electrónico del Zalgirio Arena reflejando a un 70-74. Pero partir de aquí, ha llegado el giro de guion que lo cambiado todo. El Real Madrid ha apretado los dientes y se ha acercado al marcador hasta que ha aparecido la magia de Llull, que con una canasta cuando faltaban tres segundos para el final ha decantado la final.