El Real Madrid atraviesa un momento delicado de la temporada, con el equipo todavía buscando estabilidad futbolística y competitiva. En esta situación, desde los despachos de Chamartín tienen claro que no es momento de debilitar la plantilla, pese al fuerte interés que llega desde el mercado internacional. Y es que el club blanco ha tomado una decisión firme ante dos propuestas millonarias que han puesto a prueba su planificación.

Y es que en las últimas semanas han llegado ofertas de gran calibre procedentes de la Premier League, dispuestas a poner 70 millones de euros sobre la mesa por dos jugadores clave del proyecto. Cantidades muy importantes, especialmente en un mercado cada vez más inflacionado, pero que no han sido suficientes para cambiar la postura del Real Madrid.

Camavinga y Rodrygo, objetivos claros de la Premier

La realidad es que los clubes ingleses han preguntado por Camavinga y Rodrygo. Dos futbolistas jóvenes, con presente y, sobre todo, con un enorme futuro por delante. En ambos casos, según cuentan en Inglaterra, las propuestas rondaban los 70 millones de euros, cifras que en otros contextos podrían haber abierto un debate interno más profundo.

Eduardo Camavinga Real Madrid
Eduardo Camavinga Real Madrid

Sin embargo, en el Real Madrid consideran que desprenderse de ellos ahora sería un error estratégico. Camavinga es visto como un centrocampista total, con margen de crecimiento y capacidad para dominar el fútbol europeo durante años. Su polivalencia y su impacto en partidos grandes lo convierten en un activo demasiado valioso como para venderlo en un momento de transición.

Con Rodrygo ocurre algo similar. Aunque su rendimiento ha sido irregular en algunos tramos, en el club confían plenamente en su evolución. Su talento, su experiencia en noches importantes de Champions y su capacidad para decidir partidos hacen que siga siendo considerado un jugador diferencial a medio plazo.

El Real Madrid no quiere descomponer el equipo en invierno

Y es que el momento no invita a grandes sacudidas. En el Real Madrid entienden que el equipo necesita estabilidad, no ventas que puedan alterar el equilibrio del vestuario. Menos aún en invierno, cuando encontrar recambios de garantías resulta mucho más complicado y costoso.

La directiva considera que tanto Camavinga como Rodrygo pueden acabar siendo jugadores de primerísimo nivel mundial. Venderlos ahora, incluso por 70 millones, sería renunciar a un potencial mucho mayor, tanto deportivo como económico. Además, el club no tiene urgencias financieras que le obliguen a tomar decisiones precipitadas.