Tres instantes. Tres momentos. La Supercopa cambió de ganador como si se echara una moneda al aire y fuera variando de cara a cruz antes de detenerse definitivamente. El Real Madrid es campeón de la Supercopa con dos goles a los dos tiempos de descuento: del partido y de la prórroga. Y otro anulado. La alegría del último minuto es la alegría de los blancos.

La afición del Madrid sufrió hasta que llegó el gol definitivo de Carvajal al último minuto de la prórroga. La fortuna blanca volvió a aparecer como explica la historia reciente del Madrid. La famosa décima y la undécima las consiguieron con un gol de suerte al tiempo añadido. Esta también ha sido así.

Si Carvajal fue el principal protagonista, Sergio Ramos fue la clave. El antihéroe pasó a ser el héroe. Sergio Ramos provocó el penalti que suponía el 1-2 por el Sevilla en la segunda parte del partido. Pero cuando se esperaba que el título se marcharía al sur, Ramos marcó el gol del empate en el último minuto del partido. Prórroga y final feliz para los blancos.

Asensio pisa fuerte

El Madrid controló el partido. Las bajas de Cristiano Ronaldo, Bale y Kroos no se notaron. El equipo de Zinedine Zidane fue un equipo. Pero para ser campeón también se necesita suerte. Y esta no la tuvo el Sevilla.

La velocidad de Lucas Vázquez, el equilibrio de Casemiro y la calidad de Asensio fueron las claves de este Madrid afortunado. Pero si alguien sobresalió de entre todos ellos fue Marco Asensio. El jugador mallorquín del Madrid se vistió de mago a la primera mitad. Un control desde fuera el área, veinte metros de la portería y solo ante la adversidad. Su pierna izquierda se cargó y envió la pelota a la escuadra derecha del Sevilla.

Latigazo de los blancos nada más cumplirse los veinte primeros minutos de juego. Estos fueron los momentos de dominio del Madrid. Desde aquel instante el Sevilla intentó adelantar las líneas y coger la pelota. El éxito de los andaluces no fue suficiente para intentar remontar un Madrid enchufado.

El cambio de mentalidad de la Sevilla

La confianza de los de Zidane fue decreciendo. La Sevilla fue comiendo terreno de juego a los blancos y tuvo las primeras ocasiones claras. Los de Jorge Sampaoli cambiaron la actitud con que habían planteado el partido.

La posesión, el toque preciso de pelota y la fluidez de juego eran las claves del partido. El Mudo Vázquez devolvió el empate al marcador. La Sevilla se puso las pilas y en una jugada venida desde la banda derecha, Vitolo no controló bien y Vázquez remató de media volea enviando la pelota al fondo de la red. Empate merecido y el partido se volvía a igualar antes del descanso.

El Sevilla, dominador antes de la fortuna blanca

El buen final de primera mitad daba alas a los andaluces. Sampaoli ordenaba posesión. Y el suyos jugadores se lo creyeron. Inicio dominador del Sevilla y el Madrid frustrado esperando la contra.

Un instante abriendo puede costar una Supercopa de Europa. Un muy buen partido de los blancos hasta que en el minuto 71, y con empate en el marcador, Vitolo entraba en el área y Sergio Ramos dejaba la pierna. Caída del jugador del Sevilla y penalti.

El árbitro consideró punible una jugada que estaba al límite. Ramos fue el protagonista por primera vez al hacer un error de pardillo. Vitolo, muy listo, buscó la pierna y se dejó caer. Un minuto más tarde, Konoplyanka hacía el 1-2.

Siempre todo de cara en la relación del Madrid y las finales, en esta ocasión no fue diferente. Tercera gran final en los últimos tres años que se decide por la habilidad de marcar o saber sufrir hasta el final. Gol de Ramos al tiempo de descuento del partido. Minuto 94 y gol de cabeza del central blanco cuando todo parecía que acabaría con victoria del Sevilla.

Prórroga de infarto

El Madrid estaba crecido. Las ocasiones eran sólo de color blanco. El Sevilla se quedó con diez jugadores por la expulsión de Kolo. Y antes de cumplirse el minuto 100, Sergio Ramos hizo saltar de alegría las ciudades de Madrid y Sevilla. Segundo gol de cabeza de Ramos durante unos segundos, hasta que el árbitro lo anuló por falta.

El equipo de Zidane, dominador total con un jugador más, introdujo variante de su juego para buscar los espacios de un Sevilla con el autobús. Poco fútbol y ofensiva sin descanso del Madrid. Carvajal marcó y se convirtió en la estrella.

 

Los goles

1-0 Asensio

1-1 Vázquez

1-2 Konoplyanka

2-2 Ramos

3-2 Carvajal