Sergio Ramos se ha metido en un buen lío y parece que ahora no sabe como salir de él. El miércoles pasado, el central del Real Madrid forzó una tarjeta amarilla en el minuto 88 del partido contra el Ajax para cumplir ciclo en el partido de vuelta de octavos de final y llegar sin riesgo de sanción a los cuartos de la Champions League.

Ramos, sin embargo, la pifió en la zona mixta después de reconocer delante de los micrófonos de todos los periodistas que había forzado la amarilla adrede, un hecho que la UEFA no permite. Consecuentemente, el día siguiente el organismo anunció que estaba investigando la estrategia del futbolista andaluz, que se expone a una sanción de dos partidos en lugar de uno.

Para intentar rehacer su error dialéctico, Ramos ha ofrecido una entrevista este viernes en el diario Marca donde asegura que sus declaraciones en la zona mixta se malinterpretaron. El central blanco defiende que él quería "forzar la falta" y no la sanción. Ramos, además, ha añadido que era "consciente de que la falta implicaba sanción" y que si hubiera querido forzar la suspensión "lo habría hecho en el partido contra la Roma para perderse el partido contra el CSKA de Moscú", que era intranscendente.