La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de atacar las instalaciones nucleares de Irán ha puesto a Oriente Próximo en una situación extremadamente tensa e inestable. Ante esta escalada, el régimen iraní está considerando varias opciones de respuesta, todas con implicaciones importantes para la región y para los intereses de EE.UU. y sus aliados.
Reacción militar contra intereses estadounidenses en la región
Irán podría responder militarmente atacando bases y activos de EE.UU. en Oriente Próximo. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), a través de sus milicias y grupos afines en Iraq, Yemen y Siria, tiene la capacidad de activar ataques asimétricos. Aunque Hizbulá, su aliado más potente, ha perdido fuerza por las acciones de Israel, otros grupos pueden actuar. Ya hay señales de que los rebeldes hutís de Yemen, apoyados por Irán, podrían reanudar los ataques a barcos estadounidenses en el mar Rojo. Todo ello abre la puerta a una guerra de atracción, en la que Irán intente desgastar progresivamente a EE.UU. y sus aliados.
Disrupción del comercio mundial de petróleo
Irán podría bloquear el estrecho de Ormuz, una vía crucial para el transporte marítimo de petróleo. Esta acción pondría en peligro unos 20 millones de barriles diarios y podría provocar una crisis energética global, disparar los precios del petróleo y poner en riesgo la agenda económica de Trump. Varios responsables iraníes ya han dejado entrever esta posibilidad, como represalia directa por los bombardeos norteamericanos.
Carrera para obtener el arma nuclear
Analistas apuntan a que este ataque podría llevar a Irán a acelerar el desarrollo de una bomba nuclear. Aunque el régimen iraní cayera, se cree que un nuevo gobierno —posiblemente más radical o militarizado— tendría todavía más interés en adquirir armas nucleares como herramienta de disuasión. La retirada del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) es también una respuesta probable, ya que Irán podría considerar que sus compromisos internacionales han sido rotos unilateralmente.
Ataques concentrados contra Israel
La primera reacción directa de Irán ha sido contra Israel, con misiles que han provocado heridos en Tel Aviv. Es posible que Irán opte por mantener los enfrentamientos limitados a Israel para evitar una escalada directa con EE.UU. Esta estrategia se parecería a la respuesta posterior al asesinato del general Soleimani en 2020: un ataque simbólico pero controlado. Eso permitiría a Irán salvar la cara sin entrar en un conflicto abierto con Washington.
Ciberataques y acciones asimétricas
Con su capacidad militar convencional reducida por las acciones israelíes, Irán podría optar por represalias asimétricas, como ciberataques o atentados contra intereses norteamericanos en todo el mundo. Analistas militares coinciden en que el IRGC conserva capacidades en este ámbito y que podrían utilizarse para atacar puntos vulnerables fuera del campo de batalla convencional.
Finalmente, aunque todavía existen algunos contactos diplomáticos, Irán considera que EE.UU. han "volado" cualquier posibilidad de negociación con estos ataques, lo que hace prever un futuro inmediato sin vías diplomáticas claras.