Sencillamente arrollador. Naturalmente imponente y francamente recuperado. Así se mostró Rafa Nadal en su segundo partido en el Open Banc Sabadell ante Albert Montañés, al que derrotó por 6-2, 6-2 en 67 minutos. El ocho veces campeón del Trofeo Godó camina firme hacia la recuperación de una corona que hace dos años dejó de ser suya. En cuartos de final se enfrentará a Fabio Fognini, su verdugo el año pasado en la misma ronda.

Boccanegra en el palco

No fue una su mejor ópera tenística, pero quizás la victoria se la dedicó a Plácido Domingo al que seguramente le resultó un triunfo  impresionante. El cantante de ópera español no se perdió ni un solo acto de la actuación del manacorí desde el palco de autoridades. Seguramente su actual representación en el Liceu, Simon Boccanegra, de Verdi, sólo tiene un ligero parecido con la historia del corsario que reencuentra a su hija 25 años más tarde de haberla perdido de vista. Y el leve parecido no es otro que el de la recuperación del mejor tenista español de todos los tiempos.

La obra que representa Plácido Domingo dicen los entendidos que es una adaptación austera, limpia y abstracta. El tenis que Nadal ofreció ante Montañés fue austero en errores, muy limpio en su ejecución y no fue nada impreciso a la hora de ser efectivo.

Nadal se siente cada día más seguro. Sus golpes cada vez echan más chispas y son más potentes. Cada vez hacen más daño. Son como una exhalación. Además, está rápido, llega a todas, y remata sin piedad.

Empezó Nadal como quiso comenzar ante Granollers y no pudo. Esta vez sí, puso un 2-0 cediendo sólo dos puntos. Pero ahí comenzó a carburar Montañés, que debió acordarse durante toda la noche de un lejano octubre de 1992. Cuando él tenía 22 años, era el cabeza número uno de un challenger que se jugó en Barcelona, y Nadal era el 261 del ránking y tenía apenas 16 añitos. Ahora todo era al revés. Él tenía 36 años y no está ni siquiera entre los 100 primeros, y Nadal es el principal favorito del torneo. Ni aquella vez, ni en esta ocasión, pudo ganarle un set.

Hasta que se acabó la gasolina

Luchó Montañés para dejar constancia de que un día tuvo con qué. Pero la gasolina le duró poco. Justo 24 minutos. Empató a 2 el partido y ahí acusó el devolver lo que no se puede devolver siempre. Fue un respondón que metió también sus palos, pero responder a Nadal agota, y jugar buscando las líneas, mucho más.  Por algo es Nadal.

El primer 6-2 cayó en 36 minutos. El segundo en 31. No pudo más Montañés. Pero su derrota fue digna, hasta el punto que volvió a tener el elogio de Rafa Nadal: "Ha hecho un buen partido. Ha comenzado muy bien, pero yo he estado muy bien todo el rato".

Una deuda pendiente

Nadal ahora se enfrentará a Fabio Fognini, que fue uno de los tenistas que aprovechó su bajón en el torneo del año pasado y lo eliminó en la ronda de cuartos. "Siempre ha sido un rival complicado". Y ante el que tiene, sin duda, una factura pendiente.

El español, que dice sentirse muy bien y en un ritmo muy competitivo, no obstante dice que no está del todo satisfecho: "Siempre hay espacio para mejorar", sentencia.

El vacío español

Sobre la poca presencia de españoles en octavos de final (3) en el torneo, cuando en otros años eran muchos más, Nadal comentó: "Estamos un poco vacíos. Por debajo de mí sólo están Bautista y Carreño, pero estamos esperando nuevas generaciones. Pero es parte del deporte. Estamos vivos. Es lo que hay".