La Liga ya se ha acabado pero el Barça todavía tiene en el horizonte la Champions League. El próximo 8 de agosto el conjunto blaugrana jugará el partido de vuelta de los octavos de final contra el Nápoles en el Camp Nou. El Barça llegará al partido europeo después de un incendio interno que ha hecho peligrar la continuidad de Quique Setién.

Y precisamente el entrenador ha sido el principal señalado de este fracaso deportivo. Llegó en el mes de enero con la obligación de cambiar el rumbo de un Barça que aburría cada fin de semana, pero más que dejar de aburrir ha acabado desesperando a los culés. Ni una nueva filosofía, ni una intención, ni mano dura. Setién ha ido perdiendo el crédito a medida que pasaban las semanas y se perdían todas las opciones de ganar la Liga y también quedaba eliminado de la Copa del Rey.

Quique Setien Barca Barcelona EFE

Quique Setién sentado en el banquillo del Barça

Pero si el Barça ha acabado con una frustración interna que ha explotado después de una rajada descomunal de Leo Messi, la evolución de los acontecimientos y la falta de futbolistas también han acabado perjudicando una situación que se ha vuelto insostenible. La plantilla ya era corta de inicio, pero además se han añadido las constantes lesiones de jugadores importantes, la desconexión de Arthur después de confirmarse su fichaje por la Juventus y una mala gestión de los recursos.

Setién se queda con Ansu y Riqui

Setién se ha visto obligado a mirar hacia abajo, al Barça B, para arreglar la situación del primer equipo en el tramo final de la temporada. Y en el último partido, cuando el Barça B ya empezaba a disputar su lucha para volver a subir a Segunda División, el técnico cántabro se llevó con el primer equipo Ansu Fati, Riqui Puig, Ronald Araujo y el juvenil Arnau Tenas.

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Leo Messi y Ansu Fati celebrando un gol del Barça

Y aunque ha asegurado por activa y por pasiva que el objetivo es que siguieran en la dinámica del primer equipo pensando en la Champions, ha tenido que ceder un poco. Araujo volverá al Barça B pero Ansu Fati y Riqui Puig han tenido el veto de Setién y no podrán ayudar en el filial. El riesgo de lesión y el hecho que el primer equipo se quede en cuadro para la Champions hace temer al técnico cántabro.

Ansu Fati y Riqui Puig acabarán la temporada al servicio de Setién y ya el próximo curso se espera que den definitivamente el salto al primer equipo. Y tendrán que ver el futuro de sus compañeros del B desde la distancia.