El entrenador del Espanyol, Quique Sánchez Flores, ha asegurado en la sesión previa al partido de este sábado contra el Alavés (18.30 horas) que el crecimiento del grupo avanza positivamente y ha confesado que no ve "los límites de este equipo hacia arriba", aunque "les queda mucho para hacer".

El preparador ha mantenido que tienen que compararse con ellos mismos. "Nuestra evolución dependerá de eso. Es bueno, que seamos ambiciosos, queramos siempre ganar y combatir sin perder nuestro espíritu", ha añadido.

Quique, en este sentido, ha apuntado que "doblará las precauciones" para este compromiso, porque "el rival piensa que no puede perder más y que está en una de sus últimas oportunidades para cambiar la dinámica". "Eso lo dificulta todo y sabemos que la atmósfera será complicada", ha subrayado.

De todos modos, el técnico ha evitado dramatizar sobre la importancia de este partido: "Gusta mucho hacer que es todo o nada, mucho o poco, ahora o nunca y no participaré en eso".

"A veces nos puede más el propio mosqueo de no haber conseguido un resultado que la realidad, y yo me fijo en la realidad", ha añadido. A nivel táctico, el preparador no plantea grandes cambios. "Si funciona la televisión o los lavavajillas no los toco", ha dicho, aunque sí ha asumido que el planteamiento del Alavés los obligará a tener la pelota: "Habrá pocas situaciones en las cuales podamos empezar después de un robo, pero hemos demostrado que podemos tener la pelota".

Por otra parte, Quique no se ha mostrado preocupado por el rendimiento del Espanyol como visitante, sin ninguna victoria. "Nuestras sensaciones no han sido malas, no tenemos ningún miedo", ha comentado.

Finalmente, el entrenador ha valorado la situación política a Catalunya: "No mezclo política con deporte, no me gusta participar en este espectáculo. Pero eso no significa que sea ajeno porque me importan las personas y la convivencia".