El Barça vuelve a vestirse de corto cuatro días después de caer con estrépito contra la Roma. El equipo está obligado a recuperarse y levantar el vuelo porque la derrota en Italia ha oscurecido una temporada que apuntaba al triplete. La Liga y la Copa del Rey no parecen un premio suficiente para tapar el mayor ridículo de los últimos años en Europa. El Valencia, en racha, llega al Camp Nou como uno de los peores rivales para recuperar la sonrisa y las sensaciones (16.15 horas / beIN LaLiga).

Contra la tristeza

El último partido de Champions se convirtió en una montaña rusa sentimental para los culés. Desde la relajación, pasando por la incredulidad y acabando por la frustración. Es imposible ponerle ninguna objeción a la eliminación del Barça porque acumuló todos los méritos para quedarse fuera. La poca ambición competitiva hundió a un equipo que ya encadena tres temporadas sin pasar de los cuartos de final. Y eso, con el mejor jugador de la historia del fútbol, no se puede permitir.

Ernesto Valverde está ante uno de sus mayores retos desde que se hizo cargo del banquillo del Barça el verano pasado. El entrenador tiene que levantar a unos jugadores que evidencian tener el depósito de gasolina en reserva. Una situación muy similar a la que vivió después de perder la Supercopa de España contra el Real Madrid a finales de agosto. Ahora, el tiempo no corre a su favor.

La alineación será una declaración de intenciones. El Barça no sólo juega contra el Valencia. También lo hace contra su pasado más reciente. La afición necesita recuperar la ilusión que el equipo ha ido arrebatándole desde que volvió del último parón internacional. Valverde busca un golpe de timón para superar la dependencia de Leo Messi, cabizbajo después de ver cómo otra orejuda se le escapaba entre las manos.

El Barça necesita ritmo para cambiar el chip. Jugadores que revolucionen el equipo y recuperen parte de su juego distintivo. Los mejores, sobre el campo para evitar que la temporada empeore. Quedan ocho partidos para marcharse de vacaciones y los futbolistas están obligados a hacer las maletas después de decorar el museo del club con dos títulos más.

¿El peor rival posible?

El Valencia se planta en Barcelona con el pecho inflado después de sumar cinco victorias consecutivas a la Liga y tiene prácticamente asegurada una plaza para la próxima edición de la Champions. Marcelino García Toral es el gran responsable del cambio de cara de los valencianos. Mestalla, uno de los estadios más exigentes, vuelve a estar orgulloso de lo que ve sobre el césped.

El equipo ha recuperado su ADN combativo mientras se hacía fuerte en defensa y letal al contragolpe. Su 4-4-2 deja poco espacio para las sorpresas, pero está lleno de certezas. No pierde desde el pasado 8 de febrero, cuando cayó contra el Barça en la vuelta de las semifinales de la Copa (0-2). Sus buenos números también se explican por el estado de forma de un futbolista: Rodrigo Moreno.

El delantero ya ha hecho 15 goles en esta Liga y visita el Camp Nou con el punto de mira enfocado después de marcar en los seis últimos partiera. Además, Rodrigo es diferencial porque ningún jugador aporta más puntos que él a su equipo (16).

Los tres precedentes en esta temporada entre los dos equipos servirán de muy poco para pronosticar lo que pueda pasar este sábado. Y es que el partido coge al Barça y al Valencia en las antípodas.

Los once de El Nacional

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