No corren buenos tiempos en el Barça. Desde que Deco se hiciera con el cargo de director deportivo, los blaugrana han entrado en una especie de clima de crispación constante y con pequeñas crisis que van saliendo cada dos por tres. Más allá del mal juego desplegado por los chicos de Xavi Hernández, las cuestiones internas entre las altas esferas también se evidencian de puertas hacia afuera. La última demostración de esta confrontación fue el partido ante el Granada, en el que los culés no fueron capaces de pasar del empate ante el penúltimo de LaLiga.

Un hecho que hizo estallar a Joan Laporta quien, a priori, hizo volar bandejas de canapés en el palco, fruto de su enfado. Por si fuera poco, a ello hay que añadirle las palabras del portugués en una revista lusa, en la cual dijo que el modelo del FC Barcelona estaba obsoleto y que necesitaban a un entrenador que rompiera con el pasado. Unas palabras que pillaron a todo el mundo con el pie cambiado y que supuso una reunión entre los altos cargos, justo después del mencionado enfrentamiento, aunque nada se sabe.

Joan Laporta Deco Barça / Foto: EFE
Joan Laporta y Deco en su acto de presentación como director deportivo del Barça / Foto: EFE

Pep Guardiola decidió echar a Deco...

Lo que sí parece evidente es que entre Deco y Xavi no existe una relación, digamos, demasiado fluida. Unas desavenencias cada vez más grandes, fruto de la tirantez que existe entre dos de los principales protagonistas para hacer que todo funcione en el club. Se ha comentado mucho que el director deportivo portugués y el técnico egarense no coinciden demasiado con sus ideas. Primero fue con el tema de la renovación, en la que no existía un acuerdo entre ambos, después con los fichajes... y un sinfín de rencillas que acaban haciéndose visibles en la plantilla.

Una enemistad que viene de lejos, y en la que tiene mucho que ver Pep Guardiola. Y es que la salida precipitada de hombres de peso como Jordi Cruyff o Mateu Alemany, la aprovechó Deco para meterse con calzador en la entidad catalana, favorecido por Jorge Mendes, interesado en hacer negocios, para saldar algunas deudas que tenía pendientes desde su etapa de jugador. Según explicó el periodista del diario As, en El Chiringuito, Javier Miguel, para entender la 'enemistad' entre Xavi y el portugués hay que remontarse al 2018.

Pep Guardiola The Best 2024 EFE
Pep Guardiola con el premio The Best 2024 / Foto: EFE

Por aquel entonces, ambos eran compañeros de fatigas en el FC Barcelona dirigido por Frank Rijkaard. Laporta, que en aquella ocasión cumplía su primer mandato, decidió despedir al entrenador neerlandés, después de una época negra caracterizada por la autocomplacencia. En su lugar, entró un Pep Guardiola que, es indispensable para entender la situación actual del club, y que a su llegada decidió prescindir de las vacas sagradas, entre las que estaba Deco. La llegada del entrenador de Santpedor supuso el adiós del portugués.

... y ahora quiere vengarse del Barça

Fue una de las peticiones del catalán: prescindir de algunas estrellas como Ronaldinho, Deco o Eto'o, este último se salvó a petición de hombres como Puyol y el mismo Xavi. Pero a Deco no lo indultaron, y eso sigue presente en la mente del actual director deportivo del Barça, lo cual explica la mala relación con su entrenador. El portugués ni perdona ni olvida, y el Barça lo está pagando. 

Xavi Hernández, con rostro preocupado antes de un partido del Barça / Foto: Europa Press
Xavi Hernández, con rostro preocupado antes de un partido del Barça / Foto: Europa Press

"Deco es un sospechoso habitual para algunos de los sectores del barcelonismo porque no atiende, dentro de los parámetros establecidos del cruyfismo y guardiolismo, el ADN blaugrana. En 2008 Deco jugaba en el Barça con Ronaldinho y Eto´o. Apareció Guardiola en esa época y dio una lista de jugadores descartados: Ronaldinho, Deco y Eto´o. Por su forma de gestionar el vestuario. Los capitanes se dirigieron a Guardiola, entre ellos Puyol y Xavi, le dijeron que de los tres había uno que era un profesional, lo daba todo y no podíamos estar sin él porque le necesitamos", explicó Javier Miguel en El Chiringuito.