Indefenso y desamparado. Arrollado por una avalancha azul, los colores del ManCity, el Barça fue en el Etihad un equipo frágil, asequible a un entusiasta adversario que basó en una fuerte presión su merecido triunfo. Fue la noche en la que Pep Guardiola desnudó a Luis Enrique. La noche en la que el maestro pudo a sus alumnos aventajados. Fue la primera derrota del Barça en la fase de grupos de la Champions League. Y fue clara. Sin objeciones. No vio el balón.

Nunca se sabrá cuánto agotamiento tendrá Luis Enrique después de los dos partidos que ha disputado contra el Manchester City de Pep Guardiola. Pero lo que sí se sabe es que en los dos partidos, tanto el que ganó el Barça en el Camp Nou 4 a 0, como el que perdió justamente en Inglaterra, su equipo se ha mostrado muy vulnerable e inconsistente. No es el Barça. No parece que este partido lo haya pensado mucho el Barça, a expensas siempre de lo que produzcan Neymar, Messi y Suárez.

En Barcelona, el City tuvo muchas ocasiones de gol y en Manchester volvió a gozar de muchísimas más. En el Camp Nou los ingleses no marcaron entre otras cosas porque Guardiola falló al dejar a su mejor jugador (Agüero) en el banquillo, y se llevaron una goleada porque Messi estuvo inspirado y porque jugaron 40 minutos con diez.

Un Barça indefenso

No es el Barça actual un equipo que infunda respeto en defensa. Cualquiera le tose. Cualquier rival le crea peligro. Cualquiera le presiona. Pierde muchos balones y está impreciso.

En el Etihad, el Barça jugó veinte minutos muy buenos, en los que tuvo el control del partido, se puso por delante en el marcador, pudo anotar el 2-0, se divertía en el campo, se sacudía bien de la presión del City y parecía estar cómodo.

Golpeó el Barça al City gracias a un contraataque de esos que obliga a considerar al tridente blaugrana como el mejor del mundo. Messi a Neymar, este corrió hacia la portería contraria y cuando llegó al borde del área se la entregó al argentino que siempre marca la diferencia.

Dio la sensación que ese partido no se le iba a escapar, pero un error defensivo resucitó a los ingleses, que acabaron empatando el encuentro.

La avalancha azul

Nada fue igual a partir de ese momento. Sabedor del desgaste de Busquets, de que André Gomes todavía no se cree que juega en el Barça y que la defensa es endeble, Guardiola ordenó una presión intensa, peleona, agotadora y recuperó muchos balones y acabó creando múltiples ocasiones de gol.

No encontró Luis Enrique la fórmula de controlar el partido. Ni Messi, ni Neymar ni Suárez pudieron nivelar la contienda porque no tenían el balón. Robó el City la pelota al Barça y lo dejó sin ella. Lo desnudó.

Se puede hablar ahora que en esa defensa faltan Alba, Piqué y que el mediocampo cojea sin Iniesta, y que, además, Ter Stegen no estuvo afortunado en el 2-1. Pero ya sabemos que en el vestuario de Luis Enrique no valen excusas.

 

Los goles

0-1 Messi 21'

1-1 Gündogan 39'

2-1 De Bruyne 51'

3-1 Gündogan 74'