Ya huele a motor, a goma quemada, a asfalto y a gasolina. Y es que ya está todo a punto para que el 10 de marzo arranque uno de los mundiales de motociclismos que, a priori, serán más emocionantes. Porque son muchos los alicientes que van a hacer que el campeonato de MotoGP sea uno de los más recordados. La llegada de Marc Márquez a Gresini, y por ende a Ducati, y la consiguiente rivalidad con Valentino Rossi, el ascenso meteórico de Pedro Acosta, la lucha entre Bagnaia y Martín, los problemas de Yamaha y Honda...
Hay factores para dar y elegir, y los pilotos ya están con las miras puestas únicamente en el circuito, aunque el ruido que proviene desde fuera es ensordecedor. Y es que, al igual que ocurre en la Fórmula 1, 2025 va a ser un año en el que se prevén grandes cambios en la parrilla, porque la gran mayoría de protagonistas termina contrato con sus respectivos equipos y ya sabemos lo que eso significa... la Silly Season, ese momento en el que se empieza a especular con qué lugar ocupará cada uno de los pilotos, en un gran 'juego de las sillas'.
Yamaha piensa en el sustituto de Quartararo
En ese sentido, ya se está pensando en el año que viene y en cuáles son las opciones de cada uno de los protagonistas, cuando ni siquiera ha empezado la presente campaña. Y es que el efecto dominó que se puede generar en 2025 hace que el entorno del motociclismo, al igual que los equipos, empiecen a pensar en el futuro. Una de las que más necesita mejorar es Yamaha. Después de conseguir el campeonato del mundo en 2021 con Fabio Quartararo, los japoneses no han vuelto a levantar cabeza.
Lejos de ir hacia adelante, el 2022 fue un claro retroceso para los de Iwata, cuando el francés lideraba la tabla de pilotos y Pecco Bagnaia acabó remontándole un gran número de puntos. Aquello fue el inicio del fin para el equipo nipón, que no ha sabido dar con la tecla para volver a consolidarse como una de las marcas punteras, como así era hace no tantos años. La tendencia se ha invertido y ahora son las fábricas europeas las que dominan el mundial de MotoGP, mientras los japoneses tienen que ir avanzando a marchas forzadas.
Ahora, Dorna ha introducido las concesiones, que deberían permitir tener algo de 'ventaja', tanto a Honda como Yamaha para desarrollar sus monturas. Se espera que ambas puedan dar un paso adelante este mismo año, que se haga efectivo en 2025 para competir en 'igualdad de condiciones' con el resto. Por esa misma razón, los de Iwata, conscientes que su piloto por excelencia, Quartararo, puede partir hacia un proyecto mejor, que le ponga por delante una moto competitiva, piensa en Pedro Acosta.
Yamaha quiere convertir a Pedro Acosta en el 'nuevo Valentino'
Parece difícil, pero peores cosas se han visto. El murciano es una de las joyas de la corona de la categoría reina del motociclismo, siguiendo un camino que recuerda al mismísimo Marc Márquez. En solo 3 años ha sido capaz de conquistar Moto3 (el primer año) y Moto2 (en su segunda campaña en la categoría) para dar el salto a MotoGP. En KTM lo saben y le han hecho un hueco que no tenían para darle cobijo, de momento, en la marca satélite, el GasGas Tech3, pero con miras a subir a la KTM oficial.
Sea como fuera, si el tiburón de Mazarrón firma un buen año en su primera vez con los grandes, los austriacos se verán ante un dilema: darle un asiento junto a Brad Binder, o dejarlo salir. Porque, como decíamos, en Yamaha quieren al murciano para suplir la posible marcha de Quartararo, a sabiendas de que contar con Acosta asegura un gran proyecto de futuro. En la marca japonesa saben que puede ser el próximo Valentino Rossi y harán todo lo que esté en su mano para que se convierta en un nuevo emblema de la marca, porque saben que el joven español va a marcar una época en MotoGP.