Jelena Ostapenko ha ganado en tres sets (4-6, 6-4 y 6-3) a Simona Halep y se ha proclamado campeona del Roland Garros. La letona, de sólo 20 años, se ha impuesto a la solidez de su rival en una hora y 59 minutos para consagrarse como la primera tenista báltica que consigue un Grand Slam y la más joven en hacerlo desde Sharapova.

La tenista, que desde hace unos meses trabaja bajo los consejos de la española Anabel Medina, había eclipsado ya el cuadro femenino y ha acabado de someterlo al derrotar Halep, que jugaba su segunda final en París y que aspiraba a convertirse en la primera rumana en conquistar el número 1 del mundo.

Con este triunfo, Ostapenko estrena su palmarés, vacío hasta ahora, de manera que sigue la vía del brasileño Gustavo Kuerten, el último tenista en ganar en el Roland Garros el primer torneo de su carrera. En el cuadro femenino, la última tenista en ganar su primer título en un Grand Slam fue la norteamericana Barbara Jordan cuando venció al Open de Australia de 1979.

Una remontada de campeonato

Ostapenko ha impuesto en todo el torneo sus golpes de derecha, con una velocidad media superior a la del británico Andy Murray, número 1 del mundo. Una metralleta en la pista a la búsqueda permanente de los golpes ganadores, cosa que ha convertido a cada uno de sus partidos en una montaña rusa de emociones incontrolables.

La letona ha remontado un set en contra en cuatro de los siete partidos que lo han llevado a reinar el Roland Garros, incluida la final contra Halep, que perseguía también su primer Grand Slam. La ganadora de Madrid y finalista de Roma, que llegaba como la mejor del año en tierra batida, ha conseguido controlar el furor de Ostapenko durante la primera manga, e incluso ha tenido tres bolas para ponerse 4-0 en la segunda, pero ha perdonado y su rival no ha desperdiciado la oportunidad.

Ostapenko se convierte en la ganadora más joven de Roland Garros desde la croata Iva Majoli en 1997 y la vencedora más joven de un Grand Slam desde que Sharapova venció en el Open de los Estados Unidos en el 2006. Su victoria ha sido un remolino en un circuito femenino falto de hegemonía y que en París no contaba con la norteamericana Serena Williams, embarazada, y la rusa Sharapova, que no tenía el ranking suficiente después de haber sufrido una sanción por dopaje.