El Real Madrid sigue planificando el futuro de su defensa mientras la temporada avanza, pero una de las piezas clave del vestuario ya ha tomado una determinación firme. Antonio Rüdiger, uno de los centrales con más peso en el equipo blanco, considera que su etapa en Chamartín está llegando a su fin. Ni siquiera el hecho de seguir siendo titular de forma habitual altera una hoja de ruta que el futbolista alemán tiene clara desde hace semanas.
Y es que, a sus 32 años, desde el entorno de Rüdiger cuentan que entiende que se encuentra en el tramo final de su carrera al más alto nivel europeo. Las exigencias físicas, el desgaste acumulado y la presión constante que supone vestir la camiseta del Real Madrid han llevado al central a valorar seriamente un cambio de escenario que le permita gestionar mejor su cuerpo y, al mismo tiempo, asegurar un último gran contrato.
Rüdiger ya piensa en su último contrato
De este modo, Arabia Saudí aparece como el destino preferido del defensor. El futbolista considera que la liga saudí le ofrece un contexto ideal con menor exigencia, protagonismo asegurado y, sobre todo, un contrato económico muy superior al que podría firmar en Europa a estas alturas de su carrera.

La realidad es que Rüdiger no está por la labor a negociar una ampliación de contrato con el Real Madrid. Su vinculación finaliza en 2026, pero la decisión está tomada y el club ya es consciente de que no habrá marcha atrás. El alemán no quiere alargar una etapa que considera cumplida, pese a sentirse valorado por parte del club y la afición, además de verse respetado dentro del vestuario. La llegada progresiva de nuevos perfiles defensivos y la apuesta por centrales más jóvenes refuerzan la sensación de que su rol, antes o después, irá perdiendo peso.
El Madrid asume una salida a coste cero
La realidad es que Rüdiger se marcharía del Real Madrid a coste cero, exactamente igual que llegó procedente del Chelsea. No habrá traspaso ni ingreso para el club blanco, una situación que en la directiva se asume con cierta resignación, conscientes de que el jugador ha cumplido deportivamente cuando se le ha necesitado.
De este modo, el Real Madrid deberá reorganizar su defensa sin uno de sus líderes silenciosos, mientras el futbolista alemán prepara su desembarco en un fútbol menos exigente pero económicamente irresistible. Así pues, ni la titularidad ni la confianza del cuerpo técnico han sido suficientes para cambiar una decisión que ya es definitiva.