Si en los cuartos de final hubo sorpresas como la eliminación de Brasil o de Portugal, a manos de Croacia y de Marruecos, respectivamente, en las semifinales se han cumplido los pronósticos que colocaban a Argentina y a Francia como claras favoritas a darse cita en la final del Mundial de Qatar. La Albiceleste se deshizo sin demasiados apuros de una Croacia indefensa ante un nuevo recital de Leo Messi, que marcó un gol y regaló otro para conseguir el billete a su segunda final.
La final del Mundial: el reencuentro más picante de Messi y Griezmann
Los argentinos habrán seguido de cerca la segunda semifinal, probablemente, pensando en que si el ganador hubiera sido Marruecos, los africanos serían algo menos temibles que Francia, pero la vigente campeona del mundo no se ha dejado sorprender por los Leones del Atlas y ha conseguido eliminarlos. Francia ha demostrado ser un grandísimo equipo, y se ha sabido adaptar a las muchísimas bajas que ha tenido. Buena parte de ello ha sido por la adaptación de Antoine Griezmann a una posición más retrasada de lo que ha sido habitual en su carrera.
El futbolista del Atlético de Madrid, en un rol de mediapunta y mucho más generador que finalizador, está firmando un Mundial maravilloso, y buena parte del peligro francés nace de sus botas. En los últimos años, sobretodo después de su paso por el Barça, muchos han dudado de él y de si verdaderamente era un jugador diferencial en grandes torneos, pero ha vuelto a demostrar que sí que lo es. Y, mucha de la responsabilidad, que no culpa, de las dudas que ha generado Griezmann en su carrera la tiene Leo Messi.
Nunca encajaron en el Barça; ni dentro ni fuera del campo
El Principito y el rosarino nunca llegaron a encajar bien en el Camp Nou, pues la mejor posición para Griezmann era en la zona de influencia de Messi y, ni desde la banda izquierda ni como falso delantero centro encontró la fórmula para brillar. Además, fuera del terreno de juego, su sintonía con Messi tampoco parecía ser la mejor. Todo ello acabó obligando a Griezmann a salir del Barça y volver al Atlético. Pero, el futbol, muchas veces, ofrece la oportunidad de redimirse, y Griezmann tendrá la oportunidad perfecta.
En un Mundial que parece destinado a ser el Mundial de Messi, su excompañero puede quitarle esa posibilidad si le gana la final. Un partido de estas características siempre tiene multitud de historias cruzadas entre jugadores de ambos equipos. Porque, Messi, por ejemplo, también se va a enfrentar a Mbappé, su compañero en el PSG. O a Ousmane Dembélé, que también fue su compañero en el Barça. Pero, la intrahistoria entre Messi y Griezmann es, sin duda, de las más interesantes. El próximo domingo, sabremos la resolución.