El Real Madrid atraviesa una etapa de dudas, ruido y desconfianza. La llegada de Xabi Alonso, llamada a marcar una nueva era, se ha convertido en un proyecto que pierde fuerza a cada jornada. Los empates ante Rayo Vallecano y Elche, sumados a la derrota en Champions frente al Liverpool, han dinamitado la paciencia de un madridismo que esperaba mucho más. El equipo no funciona, no controla, no fluye. Y los síntomas se agravan.
Los medios de la capital coinciden: el “efecto Xabi” fue un espejismo. Las señales desde el vestuario no son buenas. Algunos futbolistas se sienten incómodos con su método, mucho más rígido y detallista que el de Carlo Ancelotti, un técnico que dejaba mayor libertad. Se habla de alineaciones extrañas, de experimentos, de un Madrid que se desorienta en ataque y se parte en defensa. Incluso analistas como Maldini han señalado que el problema es “estructural”.
Jürgen Klopp ya suena como relevo de Xabi Alonso
En este clima, la directiva ya ha empezado a moverse. El nombre que más fuerza ha ganado en los despachos es el de Jürgen Klopp. El alemán era el plan A de Florentino Pérez desde hace años. Se le considera el único capaz de imponer disciplina, carácter y orden en un vestuario que muchos califican de “anárquico”. Klopp cuenta con gran respaldo interno. Es, según varias voces del club, el elegido si Xabi Alonso no endereza el rumbo de inmediato.
Pero aquí empieza el choque. Porque hay un jugador cuya opinión pesa más que la del resto. Un futbolista que es símbolo, bandera y motor del proyecto: Kylian Mbappé.
Mbappé prefiere a Zinedine Zidane
El francés se ha convertido en una figura de poder dentro del vestuario. Su voz se escucha. Su influencia es enorme. Y Mbappé no quiere a Klopp. No le convence su estilo. No le entusiasma su fuerte personalidad. Y teme que la llegada del alemán pueda reducir su margen de maniobra, su libertad creativa e incluso su posición dentro de la jerarquía del equipo. El delantero galo quiere un técnico que le conozca. Que le entienda. Que le potencie. Y ese técnico tiene nombre y apellido: Zinedine Zidane.
El ídolo de Francia. El entrenador con el que el Madrid ganó tres Champions consecutivas. El hombre que llevó al club a cuatro Champions en cinco años. Un mito que Mbappé admira desde niño y con el que siempre ha querido coincidir. Zidane no solo representa estabilidad y grandeza, sino también un estilo que se adapta perfectamente al atacante: libertad en ataque, confianza total y un ambiente donde los grandes talentos se sienten protagonistas.
Según distintas fuentes del entorno madridista, el crack francés ya ha dejado caer su preferencia. Lo ha hecho en conversaciones privadas dentro del vestuario y también en sus intercambios habituales con la directiva. Su mensaje es claro: si Xabi Alonso cae, él quiere a Zidane.