El FC Barcelona tiene un caso abierto en su delantera que genera debate interno: Marcus Rashford. El atacante inglés ya está en el Barça, cedido por el Manchester United, y su rendimiento ha despertado ilusión… y dudas a partes iguales. La operación incluye una cláusula de compra fijada en 30 millones de euros, una cifra asumible si el club estuviera completamente convencido de él. Pero la realidad es que dentro de los despachos azulgranas nadie quiere precipitarse. Rashford suma, pero no termina de convencer.
El delantero mantiene buenas cifras desde su llegada a Barcelona. De hecho, en el último partido ante el Celta, volvió a aportar y a dejar claro que tiene impacto. Su talento individual no se discute. Tiene velocidad, desequilibrio y es capaz de aparecer cuando el equipo lo necesita. Pero el Barça no solo busca números. Busca implicación, juego colectivo y continuidad. Y ahí es donde aparecen las dudas.
En el Barça hay admiración por su talento, pero no por su regularidad
En el cuerpo técnico reconocen su calidad diferencial, pero también destacan una realidad evidente: Rashford funciona cuando él quiere, cuando está activado y cuando el contexto del partido le favorece. Pero en otros encuentros se desconecta, participa poco y parece no entender el ritmo coral que exige el Barça. El club pretende un delantero que esté integrado en el sistema, no una pieza aislada que solo brilla en acciones sueltas.
Además, en la dirección deportiva preocupa que su esfuerzo defensivo y su lectura del juego colectivo no siempre estén al nivel que requiere el proyecto. Para jugar en el Barça no basta con marcar diferencias de manera intermitente. Se exige constancia, compromiso, participación permanente en la presión alta y trabajo táctico sin balón.
Decidirán en junio: no quieren un error de 30 millones
Así pues, aunque Rashford esté en una situación favorable para quedarse, el Barça no va a activar la cláusula antes de tiempo. Esperarán hasta junio para tomar una decisión definitiva, cuando puedan evaluar su evolución durante toda la temporada. Si Rashford demuestra implicación, continuidad y adaptación real al estilo del Barça, la compra por 30 millones será un trámite. Pero si no lo hace, el club no dudará en dejarlo marchar.
Así pues, la realidad es clara: números tiene. Talento también. Pero el Barça exige algo más que estadísticas. Exige convicción. Y ahora mismo, esa convicción todavía no ha aparecido.
