Los rumores sobre la marcha de Marc Casadó han sido insistentes en las últimas semanas, pero el jugador de la cantera blaugrana seguirá vistiendo la camiseta del FC Barcelona al menos hasta enero. El técnico Hansi Flick ha jugado un papel clave en la decisión, ya que dejó claro en rueda de prensa que cuenta con el centrocampista y que no desea su salida en este mercado de verano.
El club había abierto la puerta a un traspaso en torno a los 30 millones de euros como medida para aliviar las finanzas, pero las palabras del entrenador alemán han cambiado el escenario. “He hablado con él y no quiere irse. Y yo quiero que se quede. Será una temporada difícil y necesitamos a todos los jugadores que tenemos ahora”, afirmó Flick antes del encuentro ante el Levante, donde además le otorgó la titularidad.
Flick lo blinda… de momento
La apuesta del técnico por Casadó no se quedó en declaraciones. Frente al Levante, en la segunda jornada de Liga, el mediocentro partió desde el inicio. Su sustitución al descanso, con el equipo cayendo 2-0, no alteró el respaldo mostrado por Flick, ya que el Barça terminó remontando y firmando un 2-3 que alivió tensiones. El mensaje es claro: Casadó entra en la rotación y tendrá minutos para demostrar su valor.
Este apoyo técnico contrasta con la posición de la directiva, que veía en su venta una operación estratégica para cuadrar cuentas. Aun así, la prioridad deportiva ha terminado imponiéndose. Con un calendario exigente y un vestuario que necesita equilibrio en el centro del campo, Flick considera a Casadó como una pieza fiable y de futuro.
Un futuro abierto en enero
La situación, sin embargo, no está cerrada de forma definitiva. Tanto el jugador como el club han acordado revisar su futuro en enero, cuando el mercado de invierno podría volver a poner sobre la mesa ofertas importantes. Todo dependerá del rol que Casadó logre consolidar en estos meses y de las necesidades financieras del Barça.
En la entidad blaugrana reconocen que no será un escenario fácil: mantener la confianza del técnico y, al mismo tiempo, gestionar una economía que sigue en números rojos. De momento, Marc Casadó gana tiempo, continuidad y confianza, elementos que pueden marcar su futuro inmediato en el Camp Nou.