Ni el verano ni las bajas consecuencia del Mundial de Rusia han difuminado la superioridad del flamante dominador del fútbol inglés. La temporada 2017/18 en Inglaterra ha empezado de la misma forma que acabó el curso anterior: con la imagen de Pep Guardiola y su Manchester City celebrando su preeminencia con un título. El conjunto citizen se ha impuesto al Chelsea (0-2) y se ha proclamado campeón de la Community Shield, competición que enfrenta al ganador de la Premier League con el de la FA Cup.

Los equipos de Guardiola van mucho más allá de las individualidades. El técnico catalán cree en una filosofía de juego que encuentra su camino hacia el éxito en la inspiración de futbolistas como De Bruyne y Gabriel Jesus, pero, al final, lo que prima por encima de todo es el colectivo. El hecho de que ni el belga ni el brasileño, entre otros futbolistas importantes, hayan disputado el partido y el estilo no se haya visto modificado es una clara prueba de esto. Los equipos con personalidad no negocian su modelo. Creer ciegamente en el mismo tiene algunos inconvenientes, sobre todo porque la defensa juega bastante expuesta, pero muchas más ventajas.

Agüero, historia viva del City

El tercer título del técnico de Santpedor se ha empezado a gestar desde el primer segundo. No ha hecho falta demasiado tiempo más para ver que nada ha cambiado. El juego de posición y la salvaje presión después de pérdida del City se ha presentado en el mítico estadio de Wembley para no dejar respirar al Chelsea en el primer partido oficial de su nuevo entrenador, Maurizio Sarri. Es cierto que el italiano tampoco ha podido contar con dos piezas claves en el equipo londinense (Kanté y Courtois), pero no lo es menos que la diferencia que se ha visto sobre el césped era demasiado en comparación con la que se presuponía sobre el papel. Era cuestión de que pasaran los minutos para que el marcador reflejara la superioridad de los de Manchester.

Agüero ha sido el encargado de hacer justicia antes del cuarto de hora de juego. No podía ser otro. Después de una buena conducción de Foden, el argentino, que se ha convertido en el primer jugador de la historia del Manchester City en marcar 200 goles, ha batido a Caballero con un disparo raso desde fuera del área. Su compatriota no ha podido hacer más que contemplar cómo la pelota se introducía en su portería. El Chelsea ya iba a remolque.

El tanto ha espoleado una reacción londinense que ha ido de menos a más. A los blues les ha costado acercarse al área de Bravo, pero antes del descanso han podido empatar con algunas llegadas tímidas. La desfachatez del joven Hudson-Odoi ha sido la mejor noticia para Sarri, pero el City no ha dejado escapar nunca su ventaja. Los de Guardiola no han dejado de intentarlo a pesar de ver el resultado a su favor, pero tampoco se han vuelto locos. Conscientes de que era su rival quien tenía que tomar riesgos, el fútbol de combinación ha ido mutando hacia el aprovechamiento de los espacios que el Chelsea iba dejando cada vez más con el paso de los minutos.
 

Manchester City Chelsea Pinya gol Community Shield EFEEFE

Como ha pasado con el primer gol, el segundo también se veía a venir. Caballero iba viendo cómo los contraataques del Manchester cada vez creaban más peligro. El portero argentino ha tenido que hacer buenas intervenciones para mantener vivo a su equipo, pero no ha podido responder en otro remate de Agüero. El '10' ha culminado una jugada magistral de Bernardo Silva con asistencia incluida para sentenciar la Supercopa inglesa. Todavía quedaba media hora para el final, pero la sensación era que ya había quedado todo dado y bendecido.

Dicho y hecho. El Manchester City ha acabado el partido instalado en campo contrario y Bravo no ha tenido que intervenir en prácticamente ninguna ocasión. El conjunto de Guardiola no ha fallado en la primera prueba de fuego de la temporada y se ha proclamado supercampeón de Inglaterra. El catalán ha conseguido confirmar su supremacía, se ha adjudicado su tercer título desde que llegó al banquillo citizen y ha agrandado su palmarés particular: su décimo curso como técnico empieza con su 24º trofeo oficial.