Pau Cubarsí ha dejado de ser intocable para Luis de la Fuente. El seleccionador español, que hace unos meses lo consideraba una de las joyas del futuro de la Roja, ha decidido frenar su protagonismo. Ya no es un fijo. Ya no es el mismo jugador que deslumbró a todos. Y en la Federación reconocen que su situación es “preocupante”.
El técnico riojano ha perdido la confianza en el joven central del FC Barcelona, de solo 18 años. Lo que empezó como un gesto de prudencia ha terminado convirtiéndose en una decisión firme: Cubarsí está en la nevera. Su papel en las últimas convocatorias responde más a la necesidad que a la convicción.
Bajón de Pau Cubarsí
Durante la pasada temporada, Pau fue una revelación absoluta. Su madurez, su temple y su salida limpia de balón parecían impropias de su edad. En pocos meses se ganó el respeto del vestuario y la admiración del cuerpo técnico. Pero su rendimiento ha caído. En los entrenamientos con la selección, De la Fuente ha detectado errores en la salida de balón, decisiones precipitadas y una falta de concentración que no existía antes.
El seleccionador le ha enviado el mensaje de que debe reaccionar. No solo mejorar en lo futbolístico, sino también en lo mental. Según fuentes cercanas a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, al entrenador no le ha gustado la actitud del defensa en los últimos meses. Considera que el jugador ha perdido foco y que su creciente exposición mediática lo está afectando.
En el Barça también lo han notado. Allí creen que el joven central está pagando el precio del éxito precoz. Demasiada presión. Demasiada expectativa. El club trabaja para protegerlo emocionalmente, consciente de que el golpe de confianza puede pasarle factura.
Luis de la Fuente pierde la confianza en Cubarsí
Mientras tanto, en la selección, mientras De la Fuente tenga a todos sus efectivos disponibles, Cubarsí será suplente. Su presencia depende más de las lesiones ajenas que de su propio mérito actual. Es un cambio drástico para quien hace apenas unos meses se perfilaba como el líder defensivo del futuro.
En privado, el cuerpo técnico aún confía en su potencial. Nadie duda de su talento. Pero De la Fuente quiere ver más carácter, más hambre y más concentración. “El fútbol no espera a nadie”, habría dicho uno de sus ayudantes.
Cubarsí, por su parte, guarda silencio. No se queja, no responde. Entrena con intensidad y se apoya en su entorno más cercano para recuperar sensaciones. Sabe que este parón en su progresión puede ser solo una pausa, pero también una advertencia.
Lo que antes era un elogio constante hoy se ha convertido en un examen diario. Luis de la Fuente lo ha dejado claro: o Pau da un paso al frente, o su sitio en la Roja se esfuma.