El ambiente en la Selección Española vive días tensos. La última ausencia de Lamine Yamal ha dejado un rastro de enfado que todavía no se ha disipado. No solo en el cuerpo técnico. También en parte del vestuario. La situación ha crecido más de lo esperado y ha dejado heridas abiertas.
Todo comenzó con su desconvocatoria. El jugador del FC Barcelona se sometió a un tratamiento de radiofrecuencia que exigía reposo. Los médicos del club lo dejaron claro. Debía parar. Esa decisión, totalmente médica, cayó como una bomba en la Real Federación Española de Fútbol. Allí no gustó. Mucho menos la comunicación del proceso. Se habló de falta de compromiso. Incluso alguien insinuó que era “mal español”. Un comentario que no gustó nada en el entorno del jugador.
Distintas varas de medir
El contraste con otros casos encendió aún más el debate. Cuando Dean Huijsen, defensa del Real Madrid, fue baja por molestias, la reacción fue muy distinta. No hubo polémica. Nadie levantó la voz. Y en la rueda de prensa previa al partido ante Turquía, a Luis de la Fuente no le preguntaron ni una sola vez por esa ausencia. Trece preguntas. Ninguna sobre Huijsen. Para muchos en el Barça esto confirma la sensación de que, cuando falta uno de los suyos, el foco es siempre mayor. Y eso ha generado más malestar.
La tensión subió otro nivel con la filtración de una salida nocturna. Según El Periódico, Lamine Yamal estuvo en la madrugada del 13 al 14 de noviembre en una conocida discoteca de Barcelona. Fue a Luz de Gas, acompañado por varios amigos. Entre ellos, su primo Mohamed Abde. La presencia del jugador activó protocolos internos del local.
Lamine Yamal, de fiesta en Luz de Gas
El reportaje detalla que, aquella noche, se pidió a todos los asistentes que entregaran sus teléfonos móviles. Una medida para proteger la identidad de “una persona que busca discreción”. El personal del local evitó que ciertos grupos accedieran a la zona de reservados. Solo se permitía la entrada a chicas. Así lo explicaron varios jóvenes que hablaron con el medio catalán.
Según esos testimonios, se les dijo que podían subir sin problemas. Que estaba todo pagado. Que no habría limitaciones. Una situación que ha levantado dudas en la Federación. No tanto por la fiesta en sí, sino por el momento. Por las fechas. Y por la imagen que proyecta todo ello cuando el jugador está oficialmente en reposo.
El citado medio asegura que Lamine Yamal abandonó el local cerca de las 03:30 de la madrugada. Mucho antes del cierre previsto. Pero el daño ya estaba hecho. La filtración se extendió rápido. Y en la Roja hay quien considera que él debería haber sido más prudente. En la concentración se comenta que el seleccionador está muy molesto. Y no es el único que no entiende que no vaya con España, pero que luego salga de fiesta.