El Girona se ha complicado la clasificación para los octavos de final de la Copa del Rey después de perder por 0 goles a 2 contra el Levante. Los gerundenses han sido superiores durante prácticamente todo el partido pero los visitantes han tenido suficiente con dos jugadas para encarrilar la eliminatoria.

Ilusión

Un Montilivi con menos asistencia de la habitual ha sido el escenario del primer partido de la eliminatoria de la ilusión. Catalanes y valencianos se han encontrado en el estadio gerundense con el objetivo de dar un primer paso decisivo hacia los octavos de final de la Copa del Rey. Los locales nunca han conseguido superar los dieciseisavos, y es bien sabido por todo el mundo que a Pablo Machín y los suyos los encanta hacer historia.

Con la alegría propia de quién estrena su casillero histórico de triunfos a domicilio en Primera División, y con un ojo puesto en la visita del Madrid de la próxima jornada, el Girona quería seguir soñando. Nueva competición, nuevos retos. El sabor de competir en la élite es demasiado dulce como para renunciar a él.

La ilusión de unos y otros se ha traducido en pocas rotaciones en ambos conjuntos (pocas más que las obligadas por molestias). Y en un nerviosismo general que ha desencadenado en imprecisiones y descontrol. Los primeros instantes no han admitido ni dominador ni bueno juego, y las ocasiones se han resentido. Paciencia; los dos equipos tenían claro que el de hoy era un partido de, como mínimo, 180 minutos.

Poco a poco, no obstante, el Girona se ha ido haciendo con el control del partido y se ha aproximado bastante a su mejor versión. Como mínimo se ha podido reconocer buena parte del ADN que lo ha llevado al máximo nivel del fútbol español. El exblaugrana Oier, ahora defendiendo la portería del Levante, no ha tenido que intervenir en prácticamente ninguna ocasión, pero las sensaciones eran muy positivas.

Desilusión

Cuando más cerca estaban los aficionados gerundenses de cantar el gol de los suyos, sin embargo, el Levante ha reaccionado en forma de gol. Contraataque letal, asistencia de Morales y definición de Boateng fuera del alcance de un Bono que repetía titularidad por segundo partido consecutivo. Jarra de agua fría; en campo contrario, los tantos tienen el doble de valor. Y hacen el doble de daño. Y más si se producen al final de la primera mitad.

Los de Machín tenían claro que tenían que poner una marcha más si querían evitar que el resultado de la ida sentenciara la eliminatoria, y desde el primer minuto de la reanudación han intentado cambiar el marcador. O, cuando menos, marcar un gol que marcara menos rugoso el camino de la remontada. Ocasiones y más ocasiones. Por muy complicado que pareciera el trayecto, para llegar al final había que dar el primer paso.

El que es, junto con Guardado, el fichaje más rentable de la temporada en la Liga Santander, sin embargo, no entiende de superioridad ni justicia. Enis Bardhi ha centrado magistralmente un córner para que Doukouré rematara con potencia y Bono pusiera de su parte para volver a congelar Montilivi. Segunda estocada. Y la eliminatoria, cuesta arriba para el Girona.

Aunque los locales no se han rendido, Oier ha evitado que estos acabaran el partido de ida de los dieciseisavos de final con un resultado menos cruel del que ha acabado reflejando el marcador. El Levante ha tirado de oficio para imponerse a domicilio a un Girona que se ha complicado bastante la clasificación para la siguiente ronda. El Ciudad de Valencia dictará sentencia.