La Liga sigue alejándose. El Real Madrid empata nuevamente contra el Levante, ahora en el Ciudad de Valencia, y la aureola blanca vuelve a apagarse. Se vuelve a cuestionar el fútbol que plantea Zidane y también la función de la BBC. Ni Cristiano Ronaldo, ni Bale, ni Benzema pueden levantar los ánimos de un madridismo hundido.

La flor de Zidane que en tantos partidos ha aparecido para salvar a los blancos durante las últimas temporadas, se ha vuelto a esconder. Isco se reivindica pero vuelve una crisis que nunca se había marchado. El Madrid se complica aun más la vida.

Vuelve el Madrid de siempre

La goleada pasajera del Madrid de ahora hace una semana contra el Valencia ha sido un espejismo dentro del sufrimiento generalizado de esta temporada. Nuevamente el Levante ha plantado cara a los blancos, tal como ya pasó el pasado mes de septiembre en el Bernabéu, cuando consiguieron sacar un empate. Esta vez, sin embargo, a diferencia de lo que se volvía a esperar el aficionado del Madrid, el Ciudad de Valencia ha sido un nuevo escenario para el desastre de los blancos.

La recuperación blanca ha sido frenada en seco y la incertidumbre del proyecto Zidane se vuelve a tambalear. El Madrid ha tenido el dominio, ha tenido las ocasiones y ha tenido el peligro, pero no ha sido capaz de mostrar aquella cara más efectiva que tanto asustaba en las últimas temporadas.

La gran capacidad de creación ofensiva blanca no ha sido suficiente para rematar a un Levante muy defensivo y que no ha dudado en ceder el balón. Pero las ocasiones de los Cristiano, Bale, Benzema, Kroos y Modric se han ido sucediendo durante todo el partido. Y la evidencia ha acabado llegando. El Madrid ha sido el primero en golpear, justo en el minuto 11 de partido, y el responsable de abrir el marcador ha sido Sergio Ramos, de cabeza y después de un córner. Ha vuelto el Madrid que marca las diferencias a balón parado. Pero también queda confirmado que las crisis no se arreglan en siete días ni con una contundente victoria.

El Levante, siempre atento detrás, pero con un ojo puesto en las mínimas oportunidades que les han dado los blancos, ha sabido reponerse antes del descanso para trastocar los planes del Madrid. Boateng ha culminado la primera oportunidad clara del conjunto local con un gran disparo colocado desde la frontal del área. Keylor Navas ha parado el primer mano a mano, pero el empate ha sido inevitable en el rechace. El Levante ha hecho resurgir las fisuras en el Madrid.

Insuficiencia de la BBC

Todavía con mucho partido por delante y con el empate marcando los tempos, el Madrid, haciendo valer su condición de favorito, ha seguido con la misma tónica. Control, posesión y ocasiones.

Bale ha sido ineficaz, Cristiano, ofuscado, y Benzema, desaparecido. La BBC ha sido insuficiente. La delantera titular que quiere Zidane le ha vuelto a dar la espalda. Y para dar esperanzas ha tenido que aparecer el jugador número doce del equipo: Isco. El centrocampista malagueño ha vuelto a demostrar que merece sentar a un miembro del tridente de gala. Segundo gol blanco y victoria en el bolsillo.

Pero cuando todo volvía a su sitio, o al menos eso parecía, el peor Madrid ha reaparecido y el Levante ha empatado en el minuto 89. Pazzini, debutando con el conjunto granota y debutante en la Liga, ha hecho el empate a los doce minutos de pisar el campo y cuando la flor de Zidane volvía a aparecer.

El Madrid esconde la cabeza, vuelve a pinchar y la Liga sigue alejándose. Ahora toca reflexión seria en el Bernabéu y también toca reflexión para Zidane.