En el vertiginoso universo del fútbol moderno, la joven promesa del Barça, Lamine Yamal, carga con el peso de las comparaciones: de Lionel Messi a Neymar Jr. Sin embargo, en el desierto de Arabia, una figura se alza como un espejo inesperado para el canterano culé: Riyad Mahrez. Y es que, para muchos, Yamal es una versión mejorada del astro argelino, famoso por su técnica exquisita y zurda de precisión.
A sus 34 años, el exjugador del Manchester City sigue deslumbrando en la Saudi Pro League. Su contrato con el Al-Ahli le reporta 48 millones de euros por temporada, tres veces más que los 15 millones que percibe el joven del Barça. Sin embargo, mientras el dinero fluye, el corazón del ex del Manchester City late al ritmo de una vieja pasión: regresar a LaLiga tras finalizar su contrato con Al-Ahli en 2027. Según fuentes cercanas al entorno del jugador, dos clubes ya suenan con fuerza: el Valencia CF, que busca recuperar su identidad ofensiva, y el Real Betis, donde su magia encajaría como un guante en el sistema de juego de Manuel Pellegrini.

Mahrez y Lamine Yamal: la comparación que nadie esperaba
Mahrez ha visto nacer en Yamal un estilo que le resulta familiar, casi como verse reflejado en una versión juvenil de sí mismo. Ambos zurdos, ambos con regate corto, control de balón milimétrico y una inteligencia táctica fuera de serie, dominan el arte del “dribble inside”: ese movimiento que parte desde la banda derecha y acaba en un disparo enroscado al palo largo o en una asistencia quirúrgica. La diferencia está en la energía. Lamine, con apenas 18 años, juega con la explosividad y verticalidad de un rayo; Mahrez, en cambio, maneja los tiempos con la calma de quien sabe que el fútbol también es pausa, engaño y elegancia. Dos generaciones, un mismo lenguaje: el arte de desequilibrar.
Ambos jugadores poseen una técnica individual superlativa y un control de balón cercano al pie casi perfecto, lo que los convierte en amenazas constantes en el uno contra uno y en especialistas en el juego de enganche en el último tercio del campo. Su capacidad para ser, a la vez, protagonistas desequilibrantes y excelentes conductores del juego ofensivo, gracias a una visión de juego muy desarrollada, ha hecho que entrenadores y analistas coincidan: Mahrez y Yamal representan la evolución del extremo moderno.

El joven del Barça esquiva comparaciones y se enfoca en su crecimiento
Ante las inevitables comparaciones, Lamine Yamal ha decidido mantener los pies sobre la tierra. En declaraciones recientes a la UEFA, el canterano azulgrana dejó claro que no se obsesiona con los números ni con las etiquetas: “No pienso en si tengo más o menos que otro. Creo que la clave es pensar en uno mismo, en tratar de hacer lo mejor para el equipo y para ti. No miro mucho las estadísticas, yo juego para disfrutar, para que la gente disfrute y para ganar, obviamente”, afirmó con la madurez de un veterano.
Sus palabras reflejan una serenidad impropia de su edad. Y es que, mientras Riyad Mahrez acumula títulos y millones en Arabia, Lamine Yamal lucha por consolidarse como el nuevo emblema del Barça, en un equipo que busca reconstruirse tras años de turbulencias. Las comparaciones, aunque halagadoras, también pueden ser un peso. Pero el joven crack parece decidido a escribir su propio capítulo en la historia del club.