Leo Messi es dios en el fútbol y un ejemplo para definir seres superiores. Sus goles vistiendo la camiseta del Barça han creado una época, la mejor de la historia del club, pero también se han convertido en un ejemplo extrapolable a muchos ámbitos. Pendientes del Clásico de Copa y Liga, en el Tribunal Supremo también se disputa un partido muy importante, pero bastante más serio. Allí se defienden los presos políticos.

El último en hacerlo ha sido el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que se ha exhibido ante las punzantes preguntas en su primera toma de palabra. Y tan contundente ha sido que todo el mundo se ha quedado con la boca abierta por su exhibición.

La consellera de Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà, ha relacionado los zascas dialécticos de Cuixart con los hat-tricks de Messi. Como si en la sala donde se le juzga fuera, por ejemplo, el campo del Sevilla donde la semana pasada el argentino marcó tres goles.

A pesar de la gran demostración de Cuixart, el juicio sólo acaba de empezar. Veremos cómo evoluciona el partido judicial y si el caso de los presos políticos acaba con victoria, empate o derrota.