El nombre de Javi Poves vuelve a ocupar titulares, y no por motivos deportivos. El exjugador del Sporting de Gijón y actual presidente-entrenador del CD Moscardó ha generado polémica tras aparecer en el programa Código 10 de Cuatro defendiendo la teoría conspirativa de los ‘chemtrails’, según la cual los aviones liberarían sustancias químicas para manipular el clima o la salud humana. En su intervención, Poves aseguró que estas fumigaciones tienen como objetivo “controlar al ser humano desde el principio hasta el final”, y que detrás de ello existiría un poder “supranacional”.
Conocido por su radical rechazo al sistema futbolístico —llegó a retirarse del fútbol profesional en 2011 por motivos ideológicos—, Poves ha abrazado en los últimos años un discurso marcado por el negacionismo científico y las teorías de la conspiración. Su defensa pública de estas ideas coincide con las recientes declaraciones de Marcos Llorente, jugador del Atlético de Madrid, quien también manifestó su creencia en estas supuestas fumigaciones aéreas, desatando una oleada de comentarios en redes sociales.

Poves, del césped al pensamiento conspirativo
El técnico madrileño, de 38 años, fue uno de los casos más atípicos del fútbol español. Tras debutar en Primera División con el Sporting, renunció a su carrera profesional denunciando la corrupción y la “esclavitud del dinero” en el deporte. Años después, regresó al fútbol como entrenador y dirigente del modesto Moscardó, equipo del barrio de Usera, desde donde ha seguido difundiendo ideas ajenas al ámbito deportivo.
Durante su aparición televisiva, Poves afirmó que “han intentado envenenarlo” a través del agua y los alimentos, insistiendo en que “al aire también le han echado basura”. A modo de argumento, señaló que “cuando era pequeño no veía los cielos rociados por todos lados”. Sin embargo, esta afirmación ignora un hecho objetivo: hace cuarenta años el tráfico aéreo mundial era una fracción del actual, y el aumento de vuelos —más de 4.400 millones de pasajeros en 2023— explica la mayor presencia de estelas de condensación, sin necesidad de recurrir a teorías conspirativas.

La ciencia desmonta el mito
La comunidad científica internacional ha desmentido en reiteradas ocasiones la teoría de los chemtrails. Según los estudios atmosféricos, las estelas visibles que dejan los aviones son simplemente el resultado de la condensación del vapor de agua en condiciones de baja temperatura y alta humedad en las capas altas de la atmósfera. No hay evidencia alguna de que se trate de sustancias químicas liberadas con intenciones de control o manipulación.
Las declaraciones de Poves, unidas al eco que tuvo la posición de Marcos Llorente, reabren el debate sobre la influencia de los discursos pseudocientíficos entre figuras públicas del deporte. Cuando la opinión personal se difunde desde el altavoz mediático que otorga el fútbol profesional, el riesgo de desinformación se multiplica, y con ello, la responsabilidad de quienes la promueven.