La planificación deportiva del Barça para el mercado de invierno empieza a tomar forma y Hansi Flick está siendo especialmente directo con algunos jugadores jóvenes. Uno de los casos más claros es el de Dro, un futbolista al que el cuerpo técnico le augura un buen futuro, pero cuya situación actual dentro del primer equipo es insostenible. Ni siquiera en partidos de menor exigencia ha logrado tener minutos, una señal inequívoca de que su rol ha quedado muy relegado.

La realidad es que Flick considera que Dro tiene condiciones de sobra para crecer y llegar a ser un jugador importante en el futuro. Sin embargo, también entiende que el Barça actual no es el contexto adecuado para su desarrollo. La competencia es altísima, el nivel de exigencia no da margen al error y el técnico alemán prioriza jugadores más hechos para afrontar la temporada.

Dro se queda sin oportunidades

El hecho de que no haya contado para él ni siquiera ante el Guadalajara ha sido interpretado internamente como un mensaje definitivo. Flick no quiere frenar la progresión del jugador manteniéndolo en un rol residual, entrenando bien pero sin continuidad real en los partidos. En ese escenario, el crecimiento se estanca y el talento se diluye, algo que el técnico quiere evitar a toda costa.

Dro  Fernández
Dro Fernández

Por eso, la recomendación ha sido clara: salir cedido en enero. No se trata de una puerta cerrada. En el Barça creen que Dro necesita minutos, confianza y un entorno donde pueda equivocarse, aprender y asumir responsabilidades. Algo que ahora mismo es prácticamente imposible en el primer equipo azulgrana.

La cesión, la mejor vía para todas las partes

Desde la dirección deportiva comparten plenamente el diagnóstico de Flick. Una cesión bien escogida permitiría a Dro competir con regularidad, ganar experiencia en el fútbol profesional y volver al Barça con un bagaje mucho más sólido. El club no contempla una venta, ya que siguen creyendo en su potencial.

El jugador es consciente de la situación. Sabe que quedarse implicaría pasar muchos meses sin apenas protagonismo, lo que podría afectar a su progresión y también a su confianza. Su entorno ya trabaja en encontrar un destino adecuado, donde tenga minutos reales y un proyecto deportivo que apueste por él desde el primer día. Así pues, todo apunta a que enero marcará un punto de inflexión. El objetivo es claro: salir, jugar y crecer. Solo así Dro podrá convertirse en el jugador que en el Barça creen que puede llegar a ser.