El Barça vuelve a los Estados Unidos. El club empieza este martes su octava gira americana, que lo llevará  por ciudades como Portland, Los Ángeles, Dallas o San Francisco.

Los blaugrana, con muchas bajas por culpa del Mundial de Rusia, se sumergen en la segunda parte de una pretemporada que tiene como objetivo poner a punto al equipo para la Supercopa de España contra el Sevilla del próximo 12 de agosto.

Ernesto Valverde empieza trece días de trabajo y viajes para acabar de definir la plantilla. Todos los futbolistas que se han entrenado los últimos días en la ciudad deportiva Joan Gamper, menos Sergi Samper por lesión y Douglas Pereira por cesión, cojan el vuelo hacia Oregón, al lado de trece jugadores del filial. La gira tendría que servir para que el entrenador hiciera públicas sus preferencias antes de que se reincorporen los mundialistas.

El plan del Barça fuera de casa consistirá en sesiones de entrenamientos, la mayoría matinales, entre los tres partidos de la International Champions Cup, un prestigioso torneo que cruza los caminos de los mejores equipos del mundo.

El club, en la primera gira conjunta de la historia, empezará su estancia en las instalaciones de Nike, con el primer equipo masculino y femenino. Allí, el Barça pasará dos días antes de coger un vuelo en dirección a Los Ángeles para jugar el primer partido, contra el Tottenham Hotspur (29 de julio / 05.05 hora catalana).

Gerard Pique Barça Madrid Miami EFE

El equipo de Valverde seguirá acumulando kilómetros con un partido contra la Roma en Dallas (1 de agosto / 04.05 hora catalana) y otro contra el Milan en San Francisco (5 de agosto / 02.05 hora catalana).

La directiva, encabezada por el presidente Josep Maria Bartomeu, volverá a convivir con la plantilla en los primeros días de la temporada para fortalecer los vínculos de la marca Barça con un territorio donde el fútbol cada vez tiene más repercusión mediática.

La junta, pendiente de cerrar más fichajes después de las llegadas de Arthur Melo y Clément Lenglet, también viaja con la voluntad de evitar el número del año pasado, cuando Neymar guardó silencio con la complicidad de sus compañeros para acabar fichando por el París Saint-Germain a la vuelta.