El 20 de mayo de 1801 se inició un conflicto bélico entre Portugal y una alianza entre Francia y España por las pretensiones de Napoleón de que los lusos rompieran su alianza con Inglaterra, minimizando así su poder naval en el Atlántico. La guerra duró 18 días, hasta la firma de un tratado de paz en Badajoz y recibió el nombre de Guerra de las Naranjas porque el ministro Manuel Godoy, durante el sitio a la ciudad de Elvas, le entregó un ramo de naranjas a la reina María Luisa, con quien las malas lenguas decían que mantenía una relación sentimental secreta.

A pesar de no lograr conquistar Portugal, Napoleón Bonaparte sí consiguió su principal objetivo, que los lusos cerraran sus puertos a los navíos ingleses. Francia venció, para humillación portuguesa.

Francia, azote de Portugal

Y a nivel futbolístico, hasta hace solo 5 años Francia también había impuesto sus intereses por encima de los de Portugal con gran tiranía, convirtiéndose en un auténtico dolor de muelas para los lusos.

A pesar de ser dos selecciones históricas, su primer enfrentamiento oficial no se produjo hasta la Eurocopa de Francia 84, y nada más y nada menos que en las semifinales. El partido fue un monólogo francés, con Platini, Tigana y Giresse, pero Portugal logró forzar la prórroga e incluso ponerse por delante. Francia, sin embargo, en un final épico, marcó 2 goles (3-2) para pasar a una final en la que superaría a España, curiosamente su aliada, y ejecutora, en la Guerra de las Naranjas.

Y la historia se repitió en la Eurocopa del año 2000, cuando ambas selecciones se volvieron a enfrentar en las semifinales. Francia, que llegaba de ganar el Mundial 98, tenía piezas del nivel de Zidane, Henry, Desailly, Vieira o Trezeguet, pero Portugal no se quedaba atrás con jugadores como Figo, Rui Costa o Nuno Gomes. Como en 1984, el partido se fue a la prórroga con 1-1, en la que Zidane marcó un gol de oro, de penalti, enviando a Portugal para casa.

Y en 2006 el destino le volvió a darle una oportunidad a Portugal, que otra vez se cruzó con Francia en las semifinales, y en esta ocasión en el Mundial de Alemania. Francia llegaba cuestionada, pues se avecinaba un importante cambio generacional, mientras que en Portugal Deco, Simao y Cristiano Ronaldo se habían unido a Figo para configurar un equipo temible. Aun y así, y tras un partido muy igualado, Francia volvió a ganar la partida al eliminar a Portugal con un pírrico gol de penalti de Zidane.

La venganza portuguesa

Y cuando menos parecía que podría llegar la venganza lusa, esta se produjo con una enorme estocada. Y es que el siguiente envite entre Francia y Portugal se produjo ni más ni menos que en la final de la última Eurocopa, organizada por el país galo. Griezmann, Pogba, Giroud, Matuidi y compañía contra una Portugal que había ido pasando de ronda con más pena que gloria y que además se quedó sin Cristiano Ronaldo a los 25 minutos de partido.

Francia dominó y generó muchas más ocasiones, pero Portugal y su férrea defensa llevaron la final hasta la prórroga, en la que, ahora sí, Éder Macedo obró el milagro.

Y ahora, claro está, es Francia la reclama venganza, pues aquella derrota en un Stade de France lleno hasta la bandera todavía no se ha olvidado. Los galos, ya clasificados, necesitan ganar para asegurarse la primera posición. Los lusos, con muchas opciones de pasar como una de las 4 mejores terceras, no se conforman y quieren, como mínimo, la segunda posición.

 

Imagen principal: momento en el que Eder celebra el gol con el que Portugal se impone a Francia en la final de la Eurocopa del 2016 / EFE