Hans-Dieter Flick ha pedido a Deco que agilice la operación salida, y que resuelva el futuro de los jugadores que no tienen espacio en sus planes para la próxima campaña. Porque en la plantilla sigue habiendo varias piezas que figuran en la lista de transferibles, pero a las cuales todavía no se ha encontrado un comprador, y esto supone un problema mayúsculo para el Barça, que necesita obtener ingresos y reducir la masa salarial.
La idea es poder dejar todo resuelto antes de que comience la primera jornada de La Liga EA Sports, en un par de semanas, contra el RCD Mallorca. Para lograr inscribir a Roony Bardghji, a Marcus Rashford y a Joan García, antes necesitan desprenderse de los futbolistas que han sido señalados por ‘Hansi’, y hay dos que destacan por encima del resto. Y es que quiere perder de vista a Iñaki Peña lo antes posible, con el cual tiene una relación especialmente tensa.

No se hablan desde el mes de enero, cuando el alicantino fue castigado por llegar tarde a una reunión previa al partido de semifinales de la Supercopa de España contra el Athletic Club de Bilbao. Una sanción que el portero de 26 años consideró que era desmesurada, y no dudó en quejarse al técnico alemán, a quien no le hizo ni pizca de gracia. Y desde ese momento, ni se miran a la cara, motivo por el cual está obligado a dejar el Camp Nou.
En estos momentos es el cuarto portero del primer equipo, una demarcación donde el Barça tiene un evidente ‘overbooking’, y antes que perderlo gratis en 2026, cuando queda libre, Joan Laporta y Deco prefieren venderlo ahora. Y en la misma situación se encuentra Oriol Romeu, aunque su caso es más complicado, ya que no ha recibido ninguna oferta, ni existe constancia de que su nombre se encuentre en la agenda de algún equipo.

No aprovechó su cesión al Girona, y Flick no tiene la más mínima intención de darle una segunda oportunidad, así que espera que diga adiós pronto, y se despida junto a Iñaki.
El Barça estudia la posibilidad de rescindir el contrato de Oriol Romeu
Con Iñaki sí que existe el optimismo de que algún equipo aparezca y ponga encima de la mesa unos 10 millones de euros, que es la cantidad que Laporta y Deco exigen para abrirle las puertas.
Pero viendo que Oriol Romeu no interesa a nadie, el Barça se plantea la posibilidad de ofrecerle la rescisión de su contrato, y que se marche de forma totalmente gratuita.