'Este año sí'. Pues no, este año tampoco. El Espanyol llegaba al Santiago Bernabéu en uno de los mejores momentos de la temporada. Confiado y sin dudas, y es que Quique Sánchez Flores ha conseguido levantar el ánimo de un equipo deprimido. Pero esta tarde, como ha ocurrido a menudo cuando el Espanyol viaja a la capital, el equipo ha vuelto a desfallecer. Y la historia ya hace 21 años que dura.

Quique ha improvisado una defensa de circunstancias por la ausencia de laterales derechos. David López, el mediocampista multiusos, se ha encargado de defender la banda derecha, territorio de Cristiano Ronaldo. Además, el equipo ha reforzado el medio del campo, con la pareja Pape Diop-Javi Fuego, tal como hizo contra el Atlético de Madrid. El plan del Espanyol era entorpecer lo máximo posible la circulación fluida del balón, centrándose en la figura de Toni Kroos.

El Espanyol estaba lleno de buenas intenciones pero la cruel realidad ha confirmado las diferencias entre los dos equipos. El Madrid no ha visto peligrar los tres puntos en ningún momento, a pesar de jugar entre semana la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. Los blanquiazules han pecado de relajación y de indolencia, un mal que parecía cosa del pasado.

José Manuel Jurado ha sido el reflejo del espíritu del equipo. El talentoso mediocampista, hoy más centrado en tareas defensivas que creativas, ha sido sustituido en el minuto 82, con el 1-0 en el marcador. Sin embargo, Jurado ha abandonado el césped del Bernabéu andando, con la cabeza gacha y sin prisas. Nadie creía en el empate. Y sólo necesitaban un gol.

El marcador ha sido el único aliciente que ha permitido a los jugadores del Espanyol seguir persiguiendo sombras. El equipo ha sido incapaz de imponer el carácter que había dejado vislumbrar contra el Sevilla para arrodillarse antes de tiempo. Tirando la toalla a las primeras de cambio, ondeando la bandera blanca. Un dato ejemplariza el planteamiento y la actitud del equipo: el primer disparo contra la portería de Kiko Casilla ha llegado después de una hora de partido.

Esta tarde el Espanyol ha perdido (merecidamente) tres puntos pero también se ha dejado por el camino muchos intangibles que lo colocan en muy mal lugar. En la previa del partido, el entrenador ya avisaba: "Trabajamos con la idea de abandonar el pesimismo o el conformismo, parece que estamos en una burbuja de retención". El partido del Bernabéu ha servido para hacerle ver a Quique que tiene mucho trabajo por delante. Y es que hoy se ha visto el Espanyol más conformista de los últimos tiempos.