No se ha repetido la historia de 2023. Esta vez el Barça no ha podido celebrar la Liga en el césped del RCDE Stadium. A diferencia de hace dos años, cuando los hombres entrenados por Xavi Hernández hicieron un corro que fue interrumpido por una invasión de campo de los aficionados blanquiazules, en esta ocasión quien ha frenado el intento de celebración blaugrana ha sido el Espanyol, que ha encendido los aspersores para obligar a los futbolistas culés a abandonar el terreno de juego. Aparte, ha habido una tangana entre los jugadores de ambos equipos.
Hansi Flick tiene que actuar y corta la fiesta blaugrana
El origen de esta disputa ha nacido a raíz de la recriminación que han hecho algunos jugadores del Espanyol a los futbolistas del Barça que se estaban abrazando justo cuando el árbitro principal había pitado el final del partido. La situación ha obligado a Hansi Flick a actuar. El entrenador alemán ya había afirmado en la previa que celebrarían con prudencia, conscientes del contexto en el que se encontraban. Y así ha sido: ante el mínimo riesgo, ha decidido enviar a su equipo a los vestuarios, donde ha empezado la verdadera fiesta.
Algunos futbolistas del Barça no se habían dado cuenta de la situación y han seguido celebrando el título a pesar de la disputa. En ese momento es cuando han aparecido los aspersores del RCDE Stadium, que se han activado para acabar de obligar a los futbolistas culés a abandonar el terreno de juego. Ha sido una imagen que ha recordado la de la celebración de José Mourinho en el Camp Nou tras eliminar al conjunto barcelonés de las semifinales de la Champions League de la temporada 2009-10.
Un derbi con tensión, pero sin incidentes en el terreno de juego
Como siempre, el derbi ha estado cargado de tensión. De hecho, ha sido un partido igualado durante 53 minutos, hasta que Lamine Yamal ha dicho basta y ha decidido inventarse uno de los mejores goles del campeonato. Marca de la casa: recorte hacia dentro y chute a la escuadra alejada, imposible de parar para Joan Garcia. Lamine ha sido protagonista también de una de las polémicas del partido. Y es que Lele Cabrera lo ha agredido y ha acabado expulsado. Para los seguidores blanquiazules, la tarjeta roja ha sido excesiva.
Con todo, los incidentes durante el transcurso del partido se han quedado ahí. Tras el silbato final, los futbolistas se han marchado del terreno de juego y han continuado su celebración de forma privada. Una fiesta que continuará este mismo viernes con la rúa por Barcelona.