El Espanyol está de celebración. Este 28 de octubre ha cumplido 125 años de historia. No es poca cosa. Es una efeméride al alcance de muy pocos clubes de Primera División. El conjunto blanquiazul celebrará esta importante fecha esta noche con una gala desde el Paraninfo de la Universidad de Barcelona, un acto que servirá para concluir la fiesta que empezó el sábado pasado en el RCD Stadium, cuando el combinado de Manolo González regaló a su afición una trabajada victoria contra el Elche (1-0). Fueron tres puntos que ahora permiten al club perico cumplir años en posiciones europeas.
125 años de Maravillosa Minoría
Después de varias temporadas complicadas, con dos descensos recientes, el presente del Espanyol vuelve a ser ilusionante, con un equipo que, más allá de los resultados, está siendo capaz de devolver la fe a una afición que ya se está habituando a llenar su feudo. Seguramente este es el mejor indicador del buen estado de salud que vive la entidad barcelonesa. Porque la fuerza perica siempre ha estado en su gente y su amor indestructible (la canción del Espanyol de este 125º aniversario). Es complicado resumir la historia de un club con 125 años, pero el denominador común que ha imperado durante todo este tiempo es la lucha incansable por sobrevivir en un contexto de clara adversidad. La famosa 'Maravillosa Minoría'.
Son tantos años desafiando lo imposible.
— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) October 28, 2025
Somos guardianes de este amor indestructible.
Luchando a contracorriente. Plantando cara al sufrimiento.
Con la fuerza de un sentimiento invencible.
¡Por muchos años, pericos! 🤍💙 pic.twitter.com/FSwdKOJXee
Sobre esta frase reside la razón de ser del Espanyol. Una 'Maravillosa Minoría' que para mucha gente es anómala, acostumbrada a vivir más tiempo en la sombra que bajo la luz del sol, pero que se niega a resignarse y esconderse, más aún cuando cumple 125 años. De hecho, precisamente a través de este espíritu de rebelión ha construido sus mayores éxitos. Como las cuatro Copas del Rey que lucen en sus vitrinas. O las dos finales de la UEFA perdidas en la tanda de penalti. Porque sí, el amor indestructible también significa eso: sacar pecho de un resultado que para muchos sería una desgracia.
El amor indestructible perico
Poca gente entendería este sentimiento. Pero esta es precisamente la lucha diaria de la afición perica: mostrar orgullo hacia su hermano pequeño, al que han tenido que salvar de una infinidad de problemas, pero a quien, al fin y al cabo, aman con locura y con quien irán cogidos de la mano el resto de su vida. Sea donde sea: en Sarrià, en Montjuïc o el RCDE Stadium o donde toque. Esté en Europa, en Primera o en Segunda División.
Durante el camino han aparecido y continuarán apareciendo muchos actores secundarios. Algunos se han convertido en un hermano más, como Dani Jarque. Otros, quedan en la retina de todos los aficionados, como Tamudo, Iván de la Peña o Pochettino, entre muchos. En cambio, hay algunos que están escribiendo ahora su historia, como Manolo González, un entrenador que, al menos por el momento, ha sabido ganarse la confianza de la afición blanquiazul. Algo nada fácil, pero que acaba valiendo la pena. Y que dure, pensarán todos los pericos.

Ahora el Espanyol mira al futuro con mucha ilusión, con un cambio de directiva que promete una revolución necesaria en el club. Además, parece que lo hará entendiendo la idiosincrasia de la entidad, un factor que ha faltado durante las últimas décadas. Por lo tanto, no hay mejor momento para cumplir años. Aunque 125 años pueden parecer muchos, nunca es tarde para empezar un cambio de rumbo en la vida. Más aún cuando tienes el amor incondicional de un hermano mayor que nunca te dejará solo.