Un gol de Sergio García en el minuto 88 ha dado una victoria que vale más que tres puntos al Espanyol en un partido que estaba destinado al empate a cero. Los de Quique han hecho que el Atlético de Madrid probara su propia medicina y han impedido que los colchoneros cierren un año sin perder fuera de su estadio en la Liga Santander.

Misma idea, diferente ejecución

Uno de los equipos menos goleadores contra el que, junto con el Barça, ha recibido menos goles. Y eso que son dos equipos que tienen una idea de juego similar. La solidez defensiva siempre da sus frutos, y Simeone y los suyos lo tienen más que claro. A pesar de caer eliminados de la Champions League, el Atlético de Madrid ha llegado al RCDE Stadium encadenando 20 partidos consecutivos sin conocer la derrota en la competición de la regularidad. Griezmann, Oblak, Saúl, Koke y compañía llegaban a la decimoséptima jornada con el objetivo de alargar la que era la mejor racha de imbatibilidad de la entidad madrileña en la historia de la Liga.

Otra vez, partido fuera de horario de fin de semana, aunque en este caso estaba condicionado por el parón navideño. Sea como sea, partido grande en todos los aspectos: por la historia de los que lo jugaban, por las dos propuestas reactivas que se enfrentaban y por la importancia que tenían los tres puntos para unos y otros. Después de dejar escapar dos puntos en Las Palmas, el Espanyol no contemplaba otro resultado que no fuera la victoria para despedir el año, mientras que los colchoneros querían aprovechar el Clásico de este sábado para recortar puntos al Barça, aumentar la diferencia respecto del Madrid o ambas cosas.

Un muro para despedir un año. Cuando se encuentran dos equipos que basan sus opciones en aprovechar los errores del rival, el fútbol acostumbra a quedar difuminado por una actuación que exhibe las carencias ofensivas de sus protagonistas. Unos cedían el protagonismo a los otros y los otros respondían con la misma moneda. Incluso han salido con el mismo esquema; esta vez, Quique ha apostado por un 4-4-2 (con Sergi Darder a la derecha y Leo Baptistao a la izquierda) con el objetivo de protegerse de las subidas de los laterales visitantes.

Oda al fútbol poco vistoso

Las jugadas de estrategia, como no podría ser de otra forma, han jugado un papel fundamental en este contexto. No tanto para el Espanyol, que en la primera parte sólo ha conseguido intimidar a Oblak después de un error de Filipe Luis en la salida de balón (Leo Baptistao, una vez más, se ha vuelto a mostrar negado de cara a portería). Los visitantes tampoco han hecho sudar a Pau López, pero han conseguido crear peligro desde las acciones a pelota parada. La intensidad se ha comido sin compasión el buen juego, pero sin embargo Cornellà ha pasado de los silbidos del último partido a los aplausos. Los aficionados pericos (19.327) han valorado que su equipo no bajara la cabeza ante uno de los mejores equipos de la Liga.

Lucha, orgullo, sacrificio, intensidad, potencia, vehemencia... El guion del partido no ha variado a medida que han ido pasando los minutos y este se ha seguido caracterizando por ser de todo menos vistoso. Que jugadores como Gerard Moreno o Griezmann no hayan tenido demasiado protagonismo es sintomático. Que los córners y los servicios de banda fueran celebrados como si fueran goles, también. Los entrenadores no dejaban de corregir a sus jugadores. Cualquier detalle serviría para marcar la diferencia.

Como una serpiente, el Atlético de Madrid prepara el ataque a su presa en silencio. Sin hacer demasiado ruido, los de Simeone van madurando el partido hasta que ven que el contrincante pierde el miedo y se ve en igualdad de condiciones. Parecen inofensivos y entonces atacan atrozmente para sentenciar al rival. Hoy, sin embargo, Gameiro ha perdonado un uno contra uno delante de Pau cuando faltaba un cuarto de hora para acabar el partido. Oportunidad perdida. El portero local ha evitado que su equipo sucumbiera a la caza colchonera.

Sergio García obra el milagro

Cuando todo parecía indicar que el partido finalizaría con empate, sin embargo, Sergio García ha aparecido para devolver la sonrisa a la afición perica. Gran jugada de Piatti, preciso centro de Granero y remate cruzado del delantero catalán. Minuto 88; el Atlético de Madrid, sin margen de reacción, ha encajado la primera derrota de la temporada. Sin merecerlo, un regalo de Navidad para despedir el 2017 en Cornellà.

Punto y final a un año agridulce en el RCDE Stadium. Al menos, la clausura ha sido feliz. Si bien los primeros meses mostraron un claro crecimiento del proyecto de Quique, el arranque de la segunda temporada del técnico madrileño en el banquillo blanquiazul no ha ido de acuerdo con las expectativas ni el presupuesto, sino al contrario. Dicen que segundas partes no acostumbran a ser muy buenas. El Espanyol tiene que demostrar el contrario si no quiere complicarse la vida en la Liga Santander.