Después del escandaloso arbitraje en el Real Madrid-Almería de la última jornada, la visita del conjunto blanco a Las Palmas iba a ser mirada con mil ojos. El olor de chamusquina era adivinable por los silbidos en la grada y, en vista del estado de forma del conjunto canario, se vaticinaba un enfrentamiento de lo más igualado. Con todo, solo pasarían 5 minutos de partido, que la polémica volvería a dejar el fútbol en un segundo plano.

Tras una parada de Álvaro Valles sobre Rodrygo, ambos futbolistas se encararían, propinando el delantero brasileño un golpe con la mano en la cabeza del portero local que, finalmente, se saldaría con la tarjeta amarilla para el '11' merengue. Como en tantas ocasiones donde el reglamento arbitral no explica el fútbol como ciencia exacta, César Soto Grado, el árbitro de campo del partido, no valoraría la acción como agresión y, por lo tanto, no mostraría la tarjeta roja. No obstante, las cámaras de DAZN han revelado una conversación durante el descanso entre el árbitro y el capitán del Real Madrid, Nacho Fernández, en la que el propio Soto Grado reconoce que "era roja clarísima".

¿Culpa de Soto Grado o culpa del VAR?

Según la regla 12 del reglamento, la tarjeta roja se muestra cuando se produce una "acción sin el balón en disputa en la que el jugador actúa o tiene la intención de actuar con fuerza excesiva o con brutalidad contra un adversario, o golpea intencionadamente a alguien en la cabeza o en la cara con fuerza y de forma agresiva".

En este sentido, el balón no está en disputa y la conducta agresiva de Rodrygo es evidente, pero la acción pasa a ser interpretable en vista de que la fuerza del impacto es muy suave. Si Soto Grado considera en directo que el color de la tarjeta tiene que ser el amarillo, el debate se queda aquí. Sin embargo, la polémica se reabre en vista de que el VAR no interviene.

César Soto Grado / Foto: Europa Press
César Soto Grado / Foto: Europa Press

Nadie desde la sala de las pantallas considera la acción como agresión y esta es la razón por la que el árbitro castellanoleonés no acude a verificar su decisión al monitor. Sea como sea, después del descanso, habiendo ya revisado el fronterizo episodio, Soto Grado reconoce que "es roja clarísima" y, por lo tanto, en caso de haberla revisado, el Real Madrid se habría quedado con 10 hombres en el minuto 5 de partido.

A pesar de todo, nadie desde la sala VOR consideró la acción merecedora de la expulsión o, lo que es lo mismo, nadie tenía el mismo criterio que el árbitro de campo.