No ha habido posibilidad a nada. El Espanyol ha caído de la peor manera posible contra el Eibar y ha dejado una imagen para olvidar (3-1). Esta vez el mal juego, la mala entrada en el partido y la poca capacidad de reacción han sentenciado al conjunto blanquiazul en Ipurua.

La gélida temperatura en el País Vasco, combinada con la lluvia que caía en Eibar, han dejado al Espanyol frío y sin intención de reponerse. Un gol en los primeros minutos ha trastocado un partido que siempre ha ido cuesta arriba.

Jarras de agua fría para empezar

La combinación del ambiente y del fútbol en Ipurua ha sido desastroso para el Espanyol. Y todo se ha unido a un inicio muy plano, sin matices y que ha dejado vendido a los blanquiazules en las primeras de cambio. La lesión de Sergio García en el minuto cuatro ha puesto el miedo en el cuerpo, y el gol de Kike García en el minuto 9 ha acabado de derrumbar a los de Quique Sánchez Flores.

Dos malas noticias en menos de diez minutos que han hecho disminuir, y mucho, las opciones de los blanquiazules para encontrar una alegría en Eibar. Todavía sin haber conseguido los tres puntos lejos del RCDE Stadium, el Espanyol esta vez tampoco ha sabido reaccionar y ha sufrido una de las peores derrotas de la temporada. El equipo ha estado espeso y sólo algunas pequeñas embestidas en ataque han permitido alguna esperanza.

Pero esta vez ni Gerard Moreno, ni Piatti, ni el recuperado Leo Baptistao han hecho sufrir al Eibar en defensa. Los vascos han sabido jugar con el marcador a favor y los pocos riesgos tomados han acabado por desesperar a los blanquiazules.

Sin sentido de juego

El Espanyol ha sido muy perdido y sin rumbo. Una sensación de debilidad exagerada en una primera mitad que ha acabado todavía peor. El que tiene que ser el timonel de este equipo, Sergi Darder, también ha estado desaparecido y ha fallado. El centrocampista mallorquín ha perdido el balón en la creación y ha regalado el segundo gol al Eibar. Ivi no ha perdonado y el partido, todavía con 52 minutos por jugarse, se ha acabado.

Las malas noticias se han traducido en desconfianza. Parece que nadie ha sabido dar un paso adelante y la experiencia blanquiazul ha quedado al margen. El handicap del Espanyol ha sido la poca iniciativa y la falta de recursos en un partido que el Eibar ha mandado sin oposición.

Y para poner la guinda los vascos han sentenciado bien entrada la segunda mitad después de un penalti inexistente marcado por el exespanyolista Joan Jordán. Una derrota justa y merecida que finalmente ha sido maquillada con un gol en propia puerta de Sergi Enrich, dejando el 3-1 final en el marcador.

El Espanyol sigue sin ganar fuera de casa en la Liga y tampoco en toda esta temporada. Nueva decepción del conjunto perico que lo mantiene en la zona peligrosa. Decimoquinto clasificado en la tabla y el Eibar ya los ha adelantado.