La realidad del Valencia es, ciertamente, peliaguda. Con un máximo accionista, Peter Lim, pasando de las que deberían ser sus obligaciones, el máximo mandatario singapurense ha seguido una política restrictiva para con la plantilla dirigida por Rubén Baraja. No es nada nuevo, desde su aterrizaje, el conjunto che ha destacado más por sus polémicas fuera del campo que por los éxitos colectivos, siendo la gota que colmó el vaso el año que, en uno de sus delirios de grandeza, decidió despedir a Marcelino, cuando había ganado una Copa del Rey.

Nada ha cambiado desde entonces, es más, todo ha ido a peor. Tanto en lo deportivo como en lo económico. Lim ha seguido vendiendo a los mejores activos de una plantilla cada vez más debilitada, ya que, o bien no ha creído conveniente reforzarla o, los sustitutos siempre han sido de un nivel bajo, ya sea por contentar a Jorge Mendes o porque se llevaba comisión. Una tendencia que se ha ido repitiendo año tras año, hasta el punto de tener que luchar por la salvación la pasada campaña, hasta que llegó Rubén Baraja.

Baraja y Carlo Ancelotti antes del Real Madird - Valencia / Foto: EFE
Baraja y Carlo Ancelotti antes del Real Madrid - Valencia / Foto: EFE

La venta más dolorosa para el Valencia

'El Pipo' ha conseguido sacar el máximo rendimiento de un equipo que tiene lo justo para salvar la categoría. Con una hornada de jóvenes chavales, conscientes de lo que significa jugar en el Valencia, el entrenador che ha conseguido volver a despertar la ilusión europea de la afición, porque, con Lim a los mandos, el único objetivo del equipo era no descender. Sin embargo, jugar Europa el año que viene puede ser un arma de doble filo, porque tres competiciones para los murciélagos podrían ser excesivas y eso acarrearía consecuencias en LaLiga.

Además, solo faltaba que los chavales se muestren a Europa para que al de Singapur le dé por malvenderlos. De hecho, Peter Lim tiene preparada una venta muy dolorosa para el año que viene, no solo por la ausencia del futbolista en sí, sino porque no hay un refuerzo claro ni de garantías. Se trata de Giorgi Mamardashvili, uno de los artífices de que este Valencia siga soñando con alcanzar la Conference League. A base de paradas, sus grandes actuaciones han permitido que los de la capital del Turia hayan sumado un gran número de puntos.

Giorgi Mamardashvili Valencia / Foto: EFE
Giorgi Mamardashvili con el balón en las manos / Foto: EFE

Mamardashvili dirá adiós a final de temporada

El georgiano, que además estará en la Eurocopa con su selección, se ha convertido en uno de los mejores porteros de LaLiga, y de Europa, y Lim quiere sacar tajada por ello. Consciente de que puede sacar un buen dinero por su traspaso, el máximo mandatario del club ya tiene la intención de vender a Mamardashvili a finales de la temporada, algo que ya intentó el pasado verano, pero que, finalmente, no acabó de cerrarse. Esta vez, con el portero che más consolidado, volverá a intentarlo.

Una salida que puede causar un gran daño al Valencia, por lo que significa el internacional con Georgia, y por la ausencia de un relevo de garantías. Se hablaba de que Stole Dimitrievski, del Rayo Vallecano, era el elegido, sin embargo, conociendo la manera de proceder de Lim, no hay que dar nada por sentado. En Valencia ya se temen lo peor.