En el FC Barcelona hay talento, pero también decisiones que generan desconcierto. Uno de los nombres que más comentarios provoca en los pasillos del Camp Nou es el de Marc Bernal, el joven mediocentro que muchos veían como la gran promesa del club. Tras superar una dura lesión, está en plena forma, pero sigue sin jugar.

Con solo 19 años, Bernal parecía destinado a tomar el relevo de Sergio Busquets. Su capacidad para leer el juego, su fuerza física y su precisión en el pase hicieron que varios técnicos de la cantera lo calificaran como un “futbolista total”. Su regreso tras romperse el ligamento cruzado fue una de las mejores noticias de la pretemporada. Sin embargo, el optimismo inicial se ha convertido en frustración contenida.

Marc Bernal Instagram

A la espera de Marc Bernal

En lo que va de curso, Hansi Flick apenas le ha concedido minutos. Tan solo 33 repartidos en cinco encuentros, y ninguno de ellos en su posición natural de pivote. Cuando entra, lo hace desplazado a la mediapunta o en los últimos minutos, cuando el partido ya está decidido. La explicación oficial del cuerpo técnico es clara: no quieren correr riesgos físicos. Pero en el vestuario ya hay quien piensa que esa precaución se está convirtiendo en un freno injustificado.

Dani OlmoPedri y otros fectrivos no entienden su ausencia permanente. En el equipo lo ven entrenar a diario y coinciden en que Bernal está a un nivel altísimo. Su serenidad con el balón y su inteligencia táctica han impresionado incluso a los veteranos. Por eso, la falta de oportunidades ha provocado incredulidad y cierta incomodidad entre algunos jugadores.

Flick pide paciencia con Marc Bernal

El equipo, además, no pasa por su mejor momento. Las bajas de Gavi y del propio Pedri han dejado huecos difíciles de llenar en el mediocampo. A ello hay que sumar la expulsión de Frenkie de Jong que lo deja fuera contra el Athletic Club. Y también inconvenientes de última hora, como las molestias de Marc Casadó antes del partido contra el Celta que obligó a entrar a Olmo a última hora. En ese contexto, la ausencia de Bernal parece aún más inexplicable. Muchos consideran que podría aportar equilibrio, calma y estructura, justo lo que el equipo necesita.

Marc Bernal en el Barça-PSG EFE

Desde el club se defiende la gestión de Flick como parte de un plan a largo plazo. Pero la paciencia tiene límites. La afición comienza a pedir su presencia y los analistas recuerdan que los grandes talentos, si se enfrían demasiado, pierden confianza y ritmo competitivo.

Mientras tanto, Bernal mantiene un perfil bajo. Trabaja, escucha y espera. No se queja. Sabe que su momento llegará, aunque cada semana de banquillo pesa más. Su compromiso es intachable: entrena al máximo y se ha convertido en ejemplo de profesionalidad para los más jóvenes.